(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- El Papa Francisco ha recibido este lunes por la tarde en audiencia privada en el Vaticano, al grupo ‘Santa Teresa’ constituido porde 35 mujeres separadas de la diócesis de Toledo, acompañadas por su arzobispo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza.
Ellas se reúnen mensualmente en la parroquia de San Juan de la Cruz de dicha ciudad, iniciando siempre con una adoración al Santísimo.
Mons. Braulio Rodríguez ha definido el encuentro de media hora con el Papa como “sencillo en un ambiente distendido”, durante el cual “las mujeres han entrado en diálogo con el Santo Padre a través de una serie de preguntas”.
“Ha sido el propio Francisco –subrayó el arzobispo– quien ha mostrado interés en conocer personalmente cómo se trabaja pastoralmente en este ámbito”. Precisando que “este trabajo forma parte de nuestro plan pastoral diocesano que quiere responder ante los problemas reales que existen en nuestra sociedad”.
Esperanza Gomez-Menor, una de ellas indicó que “se ha tratado de una experiencia genial donde hemos encontrado a un padre que nos ha escuchado con cariño y con una sencillez absoluta”.
Esta madre de dos hijos le ha preguntado al Pontífice cómo acertar en la educación de los hijos cuando los criterios de los padres son diversos a la hora de inculcar valores. “El Papa nos ha insistido en que desde el amor hemos de educar a nuestros hijos a amar y respetar a todo el mundo y que hemos de rezar por nuestros ex-maridos”.
Por su parte el delegado de familia y vida de la diócesis de Toledo, Miguel Garrigós, indicó que “el Papa nos ha insistido en que no tenemos vocación (como humanos) de permanecer heridos” y por lo tanto es necesario acostumbrarse “a vivir con la cicatriz”, sin olvidar que esta “da dignidad porque ha habido un sufrimiento detrás”. Señaló que Francisco les ejemplificó con las arrugas de los ancianos, que “dignifican a quienes las poseen”. Y que “no se puede perdonar sin una gracia de Dios”.
El Santo Padre durante la conversación le pidió al grupo de mujeres Sta. Teresa que “lean íntegramente la exhortación apostólica Amoris Laetitia y con especial énfasis el capítulo cuarto”.
Otra de las mujeres del grupo, Isabel Diaz, en cambio le ha preguntado al Santo Padre acerca del papel de las mujeres separadas y divorciadas en la Iglesia. “El Santo Padre nos ha insistido en que, con nuestra experiencia, podemos ayudar a los separados a vivir este sufrimiento y sobre todo nos ha remarcado insistentemente que la Iglesia nos arropa y abraza”. Y aseguró: “Hemos sentido que estábamos con un amigo y era como si estuviéramos en una de nuestras reuniones mensuales. Francisco ha sido muy cercano y muy amoroso con nosotras”.
El grupo le ha regalado al Papa una encuadernación formada por las cartas personales que cada una de ellas ha escrito al Santo Padre, donde también han incluido dibujos realizados por sus hijos, además de un cuadro de damasquino y dos publicaciones propias de la delegación de familia y vida en su trabajo pastoral con padres jóvenes en la educación de los hijos.
Por su parte el Santo Padre les ha regalado un rosario haciendo entrega de cada uno de ellos a todas las mujeres que han participado en este encuentro.
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