, 29 Nov. 19 (ACI Prensa).-
Durante el encuentro que el Papa Francisco mantuvo con los miembros de la Comisión Teológica Internacional les recordó que “la teología nace y crece de rodillas”, e indicó que si bien es bueno “arriesgarse en la discusión”, les instó a “nunca llevarla al pueblo” ya que este debe recibir “el alimento sólido que nutre la fe”.
El Papa Francisco mantuvo un encuentro con los miembros de la Comisión Teológica Internacional con motivo del 50 aniversario de su constitución “de servicio a la Iglesia”.
El Papa recordó que la Comisión Teológica Internacional fue inaugurada por San Pablo VI como “fruto del Concilio Vaticano II para crear un nuevo puente entre la teología y el Magisterio”.
Por eso, “desde el principio, eminentes teólogos han sido miembros de la misma, contribuyendo eficazmente a este fin”.
Entre los textos más relevantes de esta Comisión, el Papa destacó el titulado “La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia”.
El Papa Francisco aseguró que el tema de la sinodalidad le “interesa muchísimo” porque se trata de “un estilo”, “un caminar juntos y eso es lo que el Señor espera de la Iglesia del tercer milenio”.
“Os agradezco vuestro documento, porque hoy se piensa que hacer sinodalidad es tomarse de la mano y echarse a andar, festejar con los chicos…., o hacer una encuesta de opinión: ‘¿Qué se piensa del sacerdocio de las mujeres?’. En la mayor parte, es así, ¿no? La sinodalidad es un camino eclesial que tiene un alma que es el Espíritu Santo. Sin el Espíritu Santo no hay sinodalidad. Y habéis hecho un buen trabajo para ayudar en esto. Gracias”, aseguró el Papa Francisco.
Asimismo, destacó el documento que “propone un discernimiento sobre las diferentes interpretaciones actuales de la libertad religiosa” en donde se explica que aunque “hay quienes todavía la impiden o se oponen abiertamente a ella, privando al ser humano de un derecho incomparable”, si se llega a un Estado “éticamente neutro” se corre el riesgo “de conducir a una injusta marginación de las religiones de la vida civil en detrimento del bien común”.
Por eso el Papa Francisco destacó que “el respeto sincero de la libertad religiosa, cultivado en un diálogo provechoso entre el Estado y las religiones, y entre las mismas religiones, es más bien una gran contribución al bien de todos y a la paz”.
Otro de los aspectos que ha trabajado la Comisión Teológica Internacional fue el de “sacramentalidad como estructura constitutiva del encuentro entre Dios y el hombre, subrayando la necesidad de superar las diversas formas de disociación entre fe y vida sacramental”.
Sobre el trabajo que han desarrollado durante estos 50 años, el Papa Francisco destacó que San Pablo VI quiso ampliar “la fecunda colaboración entre Magisterio y teólogos que había marcado las reuniones conciliares” y “también deseaba que la diversidad de culturas y vivencias eclesiales enriqueciera la misión confiada por la Santa Sede a la Congregación para la Doctrina de la Fe”.
De esta manera aseguró que “como teólogos procedentes de contextos y latitudes diversos, sois mediadores entre la fe y las culturas, y de este modo participáis en la misión esencial de la Iglesia: la evangelización”.
E insistió en que tienen “con respecto al Evangelio, una misión generadora” porque están llamados “a sacarlo a la luz”.
“Os ponéis a la escucha de lo que el Espíritu dice hoy a las Iglesias en las diversas culturas para sacar a la luz aspectos siempre nuevos del misterio inagotable de Cristo” y “luego ayudáis a los primeros pasos del Evangelio: preparáis sus caminos, traduciendo la fe para el hombre de hoy” para que cada uno pueda “sentirla más cerca y se sienta abrazado por la Iglesia, tomado de la mano allí donde está, y acompañado para saborear la dulzura del kerigma y su novedad intemporal”.
Por eso subrayó que ésta es la llamada de la teología, “no una disquisición catedrática sobre la vida, sino la encarnación de la fe en la vida”.
En su discurso, el Papa animó a los miembros de esta importante comisión teológica a hacer una “teología bella, que tenga el aliento del Evangelio y no se contente con ser meramente funcional”.
También explicó que para hacer esa “buena teología no hay que olvidar nunca sus dos dimensiones constitutivas” que son “la vida espiritual” porque “sólo en la oración humilde y constante, en la apertura al Espíritu Santo se puede comprender y traducir el Verbo y hacer la voluntad del Padre” ya que “¡la teología nace y crece de rodillas!”.
Mientras que la segunda dimensión es “la vida eclesial”, es decir, “sentir en la Iglesia y con la Iglesia”.
“La teología no se hace individualmente sino en comunidad, al servicio de todos, para difundir el buen sabor del Evangelio a los hermanos y hermanas de nuestro tiempo, siempre con dulzura y respeto”, subrayó el Papa.
Además animó a los teólogos a “ir adelante”, “estudiar lo que va más allá” y “también debe hacer frente las cosas que no son claras y arriesgarse en la discusión” entre los teólogos.
“Pero al pueblo de Dios hay que darle el sólido “alimento” de la fe, no alimentar al pueblo de Dios con cuestiones controvertidas”, destacó.
Aunque aseguró que “la dimensión del relativismo, por así decirlo, que siempre estará presente en la discusión, debe permanecer entre los teólogos, es vuestra vocación, pero nunca llevarla al pueblo, porque entonces el pueblo pierde su orientación y pierde la fe”.
E insistió que “al pueblo, siempre el alimento sólido que nutre la fe”.
El Papa Francisco encomendó a la advocación de la María “Sede de la Sabiduría” el trabajo de la Comisión Teológica Internacional y les animó a proseguir su labor “con alegría”.
El discurso completo del Papa puede leerse AQUÍ.
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