(ZENIT – 28 nov. 2019).- “No le doy gracias a Dios porque hay corrupción, sino porque el sistema de control del Vaticano funciona bien”, comunicó el Papa Francisco a los periodistas en el vuelo de Tokio a Roma el pasado 25 de noviembre de 2019, según el texto traducido por Vatican News.
Preguntado por la transparencia del Óbolo de San Pedro –la ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre–, la periodista Cristiana Caricato, de TV 2000, dijo al Pontífice en la conferencia de prensa: “Usted ha denunciado este uso inescrupuloso de las finanzas, pero luego vemos que estas operaciones también implican a la Santa Sede, y eso escandaliza”.
A esta cuestión, el Santo Padre respondió: “Hay corrupción. Con los registros se verá si son culpables o no. Es algo malo, no está bien que esto ocurra en el Vaticano”. Y matizó que la denuncia “no vino de fuera”, sino que “fue aclarado por los mecanismos internos que están empezando a funcionar y que el Papa Benedicto había comenzado a hacer”, asegurando: “Por esto doy gracias a Dios”.
“Si usted hace una inversión y durante años, no toca el capital, no funciona”, describió el Pontífice. El Óbolo de San Pedro “debe ser gastado en un año, un año y medio, hasta que llegue la otra colecta que se hace en todo el mundo. Y esta es una buena administración: al seguro… incluso, sí, se puede comprar una propiedad, alquilarla y luego venderla, pero en el lado seguro, con todas las garantías para el bien de la gente del Óbolo”, detalló.
Caso de corrupción
“Luego sucedió lo que pasó, un escándalo”, admitió el Papa: “Hicieron cosas que no parecían limpias. Pero la denuncia no vino de fuera”, relató haciendo referencia al supuesto caso de corrupción que dio lugar a la redada del 1 de octubre de 2019, y la incautación de documentos y equipos informáticos, y a la consecuente investigación de cinco miembros de la Autoridad de Información Financiera, incluido el director.
En este contexto, Francisco relató a los periodistas en la rueda de prensa celebrada el martes, 25 de noviembre, cómo aconteció el problema en la institución: “Esa reforma de la metodología económica que ya había iniciado Benedicto XVI siguió adelante y fue el Auditor Interno quien dijo: aquí hay algo malo, aquí hay algo que no funciona. Vino a verme y le dije: ¿estás seguro? Sí, me contestó, me lo mostró y me preguntó: ¿qué debo hacer? Y yo contesté: está la justicia vaticana, vaya y haga la denuncia al Promotor de Justicia”. Así, el Papa expresó que se alegró “porque se ve que la administración vaticana ahora tiene los recursos para aclarar las cosas malas que pasan dentro, como este caso”.
Posteriormente, a su regreso del viaje apostólico a Asia, el Papa nombró nuevo presidente de la Autoridad de Información Financiera (AIF) al Dr. Carmelo Barbagallo, hasta ahora funcionario general con el cargo de asesoramiento de alto nivel en el Directorio del Banco de Italia en materia de supervisión bancaria y financiera.
El Pontífice expresó que “en menos de un mes comenzarán los interrogatorios de las cinco personas que fueron bloqueadas porque había indicios de corrupción”, y aseguró que “la presunción de inocencia es una garantía, un derecho humano. Pero hay corrupción”, y añadió que “con los registros se verá si son culpables o no”.
Recuperar la confianza
Asimismo, el periodista norteamericano Philip Pullella, de Reuters, preguntó al Papa cómo actuará para recuperar la confianza en el Óbolo, y por lo tanto, en el Vaticano, y asegurar a los fieles que “las reformas continuarán y que no se volverá a los hábitos del pasado”.
“El Vaticano ha avanzado en su administración: por ejemplo, el IOR (Instituto para las Obras de Religión) es ahora aceptado por todos los bancos y puede actuar como los bancos italianos, algo que hace un año todavía no pasaba, ha habido avances”, señaló Francisco.
“Esta es la primera vez en el Vaticano que la olla ha sido destapada desde dentro, no desde fuera. Desde el exterior ha sido destapada muchas veces”, reiteró. El Papa Benedicto “fue sabio, comenzó un proceso que ha madurado, y ahora hay instituciones. Que el Auditor haya tenido el valor de denunciar por escrito a cinco personas demuestra que está funcionando…”, explicó.
Próxima inspección
Egmont, grupo de estas autoridades financieras, suspendió al Vaticano de las comunicaciones seguras después de la redada del 1 de octubre (los registros de la investigación). Sobre este grupo, el Papa señaló: “Es una cosa internacional no oficial, es un grupo de miembros del AIF, y el control internacional no depende del grupo Egmont, que es un grupo privado, aunque tenga su peso”.
“Moneyval hará la inspección prevista para los primeros meses del próximo año, la hará. El director de la AIF (Autoridad de Información Financiera) está suspendido porque se sospechaba de una mala administración. El presidente de la AIF se ha unido con el grupo Egmont para recuperar la documentación (incautada) y esto la justicia no puede hacerlo”, aclaró el Obispo de Roma.
El grupo Egmont, que es un grupo privado, “ayuda mucho pero no es la autoridad de control de Moneyval”, ha advertido el Papa. “Moneyval estudiará los números, estudiará los procedimientos, estudiará cómo actuó el Promotor de Justicia y cómo el juez y los jueces determinaron el asunto. Sé que en estos días comenzará el interrogatorio de algunos de los cinco que han sido suspendidos. No es fácil, pero no debemos ser ingenuos, no debemos ser esclavos”.
“Seguimos adelante con la ley, con Moneyval, con el nuevo presidente de la AIF. Y el director (René Brülhart) está suspendido: quizás fuera inocente, me gustaría porque es bueno que una persona sea inocente y no culpable, lo espero”, anunció Francisco.
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