Ciudad del Vaticano, 30 de octubre de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha enviado un mensaje al Grupo Santa Marta- la iniciativa para la lucha contra la trata de personas impulsada por el pontífice- que involucra a cuerpos de seguridad de varios países, episcopados, organizaciones sociales y representantes de varias confesiones religiosas, que se reúne durante dos días en San Lorenzo del Escorial (España). La reina Sofía inaugura este viernes el encuentro, en el que participan cardenales y obispos, activistas sociales y unos 50 jefes de Policía de todo el mundo.
En el poco tiempo de su existencia -escribe Francisco- este benemérito grupo ha sabido realizar mucho y está llamado a una tarea decisiva para la erradicación de las nuevas esclavitudes y recuerda que en el úlitmo año ha habido novedades institucionales significativas, que sin duda pueden apoyar su actividad, comenzando por el Encuentro de los Alcaldes en la Ciudad del Vaticano el 21 de julio en el que importantes personalidades firmaron una declaración comprometiéndose a erradicar las nuevas esclavitudes que condenan como un crimen contra la humanidad.
También menciona la reciente aprobación de la Agenda 2030, con los nuevos objetivos del desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, entre los que se encuentra la adopción de medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
Cita igualmente el Papa el discurso que pronuncio ante Organización de las Naciones Unidas en New York el pasado 25 de septiembre en el que afirmó que el mundo reclama de todos los gobernantes ''una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias...Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias''. ''Hoy los 193 estados que adhieren a la ONU tienen un nuevo imperativo moral para combatir la trata de personas, verdadero crimen contra la humanidad. La colaboración entre los Obispos y las autoridades civiles, cada uno según su propia misión y naturaleza con el fin de ir descubriendo las mejores prácticas para la realización de esta delicada tarea, es un paso decisivo para asegurarse que la voluntad de los gobiernos llegue a las víctimas de un modo directo e inmediato, constante, eficaz y concreto''.
''Por mi parte -concluye Francisco- pido a Dios Todopoderoso que les dé la gracia de llevar adelante esta misión, tan delicada, tan humanitaria y tan cristiana, de curar las llagas abiertas y dolientes de la humanidad, que son también las llagas de Cristo. Les aseguro todo mi apoyo y mi oración, y el apoyo y las oraciones de los fieles de la Iglesia Católica. Con la ayuda de Dios y la colaboración de Ustedes este indispensable servicio del grupo de Santa Marta podrá liberar las víctimas de las nuevas esclavitudes, rehabilitar las y los cautivos y excluidos, desenmascarar a los traficantes y a los creadores del mercado, y rendir una asistencia eficaz a las ciudades y naciones; un servicio para el bien común y la promoción de la dignidad humana, que sepa actuar lo mejor de cada persona y de cada ciudadano''.
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