
La propuesta de los investigadores es hacer que la población sea más consciente del problema y poner a los mineros en condiciones de tomar las medidas de seguridad necesarias, además de contar con el apoyo de ambulatorios que den a los niños los nutrientes necesarios para combatir el problema. Los estudiosos creen que es más urgente que nunca que las autoridades se comprometan a reconocer la contaminación entre los niños de diferentes municipios, incluyendo la capital, en donde ya se han identificado casos de niños con altos niveles de plomo en la sangre. Este tipo de intoxicación, entre otras cosas causa daños en el crecimiento, retrasos en el aprendizaje, disminuye el coeficiente intelectual, y promueve enfermedades mentales cuando el plomo se transmite de madre a hijo.
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