VATICANO, 24 Oct. 19 (ACI Prensa).-
El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Beniamino Stella, quien participa en el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía, señaló que “el celibato es una gran belleza de la vida de los sacerdotes” y como tal, “debe ser verdaderamente custodiado”.
Así lo indicó el Purpurado en una rueda de prensa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede este jueves 24 de octubre.
Al responder sobre la propuesta de ordenar sacerdotes a hombres casados, conocidos como “viri probati”, el Cardenal Stella señaló que en la Congregación del Clero siempre sugiere a los obispos: “formar bien a los sacerdotes” y “estar muy vigilantes sobre las características humanas” porque “el aspecto humano de la persona es fundamental para la admisión a las órdenes”.
Además, el Purpurado indicó que en la actualidad “la Iglesia permanece quizás como la única institución que predica un compromiso para siempre”.
“Lo digo tantas veces, para los sacerdotes, para la vida consagrada, para el matrimonio” y añadió que “este compromiso para siempre es verdaderamente un gran desafío, una tremenda exigencia interior”.
En esta línea, el Cardenal Stella señaló que “debemos ser conscientes que el don del celibato representa hoy para los jóvenes, y también para los sacerdotes, un gran desafío personal que se debe asumir con conciencia interior y también después de un tiempo de formación y de entrenamiento de disciplina personal”.
“Y después, cuando se está en el ‘campo de batalla’, así llamaría a la vida sacerdotal, es necesario cultivar mucho la espiritualidad: se necesitan tener tiempos de oración para crecer en el interior y es necesario tener una disciplina personal”, agregó el Purpurado.
En este sentido, el Cardenal Stella dijo que “la formación, la vida de oración y la disciplina personal, el tema del celibato tiene un sentido porque incide en la vida de los sacerdotes. Es una realidad que se puede vivir, pero es necesario ser conscientes que vivimos en una cultura, en un mundo que representa hoy para los sacerdotes, para la vida consagrada, pero para todos los cristianos una exigencia grande”.
“Yo pienso que debemos hablar de esta realidad, hablar con los jóvenes, presentar esta exigencia del sacerdote de rito latino como un gran compromiso y una grande belleza”, animó Stella.
Además, el Prefecto de la Congregación para el Clero recordó la “ratio fundamentalis” que es el “esquema de formación para los sacerdotes” en el que abordan “el don de la vocación”.
“Es un don de Dios, que se llama vocación, que va recibida, que se prepara sobre todo en un contexto de cualidades humanas muy concretas, de equilibrio, de mente sana, de afectividad transparente”, explicó.
De este modo, el Cardenal Stella resaltó la importancia de “un cuadro de espiritualidad, de un compromiso pastoral, siempre connotado de espiritualidad y de vida interior, en el que el celibato representa una gran belleza de la vida de los sacerdotes, pero que debe ser verdaderamente custodiado, como dice la Escritura, es un tesoro que conservamos en vasijas de barro y debemos ser muy muy conscientes”.
“Después lo que el Sínodo podrá decir sobre las novedades, sobre los nuevos caminos ministeriales, eso lo dejamos al discernimiento, mañana y pasado mañana, de la comunidad de los padres sinodales y, sobre todo, lo tenemos en el corazón y sobre la espalda del Santo Padre quien tiene la tarea y el carisma del discernimiento que corresponde a Pedro, como guía y responsable de la Iglesia”, concluyó.
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