VATICANO, 31 Oct. 19 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco denunció a las víctimas de “secuestro, desaparición y homicidio” en el mundo, civiles y religiosos. Así lo indicó este 31 de octubre el recibir a una delegación de capellanes militares católicos, entre los que se encontraban algunos obispos castrenses también.
“¡Cuántos civiles son, además, objeto de secuestro, desaparición y homicidio! Entre ellos hay también muchos religiosos y religiosas, de los que ya no hay noticias o que han pagado con su vida su consagración a Dios y al servicio de la gente, sin preferencias ni prejuicios de banderas ni de nacionalidad”, denunció el Papa Francisco.
Esta audiencia en el Vaticano fue concedida en el marco del V curso internacional para la formación de capellanes militares católicos en derecho internacional humanitario que se llevó a cabo en Roma del 29 al 31 de octubre con el tema: ‘La privación de libertad en situaciones de conflicto armado. La misión de los capellanes militares’.
En su discurso, el Santo Padre recordó que en 2015 había recibido en el Vaticano al anterior curso en el que subrayó la necesidad de “rechazar la tentación de considerar al otro como un enemigo al que destruir y no como una persona, dotada de dignidad intrínseca, creada por Dios a su propia imagen” y reafirmó que “todo ser humano es inmensamente sagrado”.
“Esta exhortación, que deseo renovar hoy, adquiere un significado aún más apremiante con respecto a las personas privadas de libertad personal por motivos relacionados con los conflictos armados, ya que la vulnerabilidad debida a las condiciones de detención se ve agravada por el hecho de encontrarse en manos de las fuerzas combatientes de oposición. No es infrecuente que las personas detenidas en el contexto de conflictos armados sean víctimas de violaciones de sus derechos fundamentales, incluidos abusos, violencias y diversas formas de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes”, expresó el Papa.
Por ello, el Pontífice aseguró su oración “por todas estas personas y sus familias, para que siempre tengan el valor de seguir adelante y no pierdan la esperanza”.
Además, el Papa Francisco señaló que “el derecho internacional humanitario contiene numerosas disposiciones sobre la protección de la dignidad de los prisioneros, especialmente en lo que respecta al derecho aplicable a los conflictos armados internacionales”.
“El fundamento ético y la importancia crucial de estas normas para la salvaguardia de la dignidad humana en el trágico contexto de los conflictos armados hacen que deben ser respetadas y aplicadas adecuada y rigurosamente. Esto vale también para las personas detenidas, independientemente de la naturaleza y gravedad de los delitos que puedan haber cometido.El respeto de la dignidad y de la integridad física de la persona humana, en efecto, no puede ser tributario de las acciones cumplidas, sino que es un deber moral al que está llamada toda persona y toda autoridad”, destacó.
En este sentido, el Santo Padre pidió a los ordinarios y a los capellanes militares a que “en el cumplimiento de su misión de formar las conciencias de los miembros de las fuerzas armadas, a no escatimar esfuerzos para que las normas del derecho internacional humanitario sean aceptadas en lo más profundo por los que han sido confiados a su cuidado pastoral”.
“Se trata de ayudar a esa porción particular del pueblo de Dios confiada a su cuidado a identificar en el patrimonio común que une a todos los hombres, y que tiene su origen ya en la ley natural, aquellos elementos que pueden llegar a ser un puente y una plataforma para el encuentro con todos”, explicó el Papa.
En esta línea, el Pontífice dijo que “los ministros de Cristo en el mundo militar son también los primeros ministros del hombre y de sus derechos fundamentales. Pienso en aquellos de ustedes que están al lado de los militares en situaciones de conflicto internacional, llamados a abrir sus conciencias a esa caridad universal que acerca al hombre al hombre, cualquiera que sea su raza, nacionalidad, cultura o religión”.
En esta línea, el Papa Francisco destacó la importancia del trabajo preventivo, que es un trabajo educativo, complementario al de las familias y comunidades cristianas. “Se trata de formar personalidades abiertas a la amistad, a la comprensión, a la tolerancia, a la bondad y al respeto de todos; jóvenes atentos al conocimiento del patrimonio cultural de los pueblos, comprometidos con la ciudadanía universal, para favorecer el crecimiento de una gran familia humana”.
Asimismo, el Papa Francisco recordó que el Concilio Vaticano II, en la Constitución apostólica Gaudium et spes, llama a los militares “ministros de la seguridad y de la libertad de los pueblos”. Por este motivo, el Papa los invitó a estar “en medio de ellos para que estas palabras, que la guerra ofende y aniquila, sean realidad, den sentido a la vida de tantos jóvenes y menos jóvenes que, como soldados, no quieren que se les roben los valores humanos y cristianos”.
Por último, el Santo Padre recordó que el 12 de agosto de 1949 se firmaron en Ginebra los Convenios para la protección de las víctimas de la guerra. “En este 70º aniversario, deseo reafirmar la importancia que la Santa Sede concede al derecho internacional humanitario y expresar la esperanza de que las normas que contiene se respeten en todas las circunstancias”.
“Les aseguro que la Santa Sede seguirá dando su aportación a los debates y negociaciones en el seno de la familia de naciones”, afirmó el Papa mientras que los encomienda a la Virgen María, Madre de Misericordia, y les impartió su Bendición apostólica.
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