, 13 May. 20 (ACI Prensa).-
El prefecto de Economía del Vaticano, P. Juan Antonio Guerrero Alves, aseguró que “el Vaticano no está en peligro de default” como se escribió recientemente en la prensa italiana al analizar la situación económica de la Santa Sede, que también se ve afectada por la crisis del coronavirus.
“El Vaticano no está en peligro de default. Eso no significa que no debamos enfrentar la crisis por lo que es. Ciertamente tenemos por delante años difíciles”, dijo el sacerdote jesuita en una entrevista concedida a Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación en el Vaticano, publicada este miércoles en Vatican News.
En economía, el término default o default financiero, que también se llama impago de la deuda o suspensión de pagos, se refiere en términos amplios a la situación en la que un gobierno, una organización o una persona no puede pagar sus obligaciones y deudas.
En la entrevista, el P. Guerrero subraya que “la Iglesia cumple su misión con la ayuda de las ofrendas de los fieles. Y no sabemos cuánto podrá donar la gente. Precisamente por eso debemos ser sobrios, rigurosos. Debemos administrar con la pasión y la diligencia de un buen padre de familia”.
“Hay tres cosas que no se cuestionan, ni siquiera en esta época de crisis: la remuneración de los trabajadores, la ayuda a las personas en dificultad y el apoyo a las Iglesias necesitadas. Ningún corte afectará a los más vulnerables”, prosigue.
El prefecto destacó además que en el Vaticano “no vivimos para salvar el budget (presupuesto). Confiamos en la generosidad de los fieles. Pero debemos mostrar a los que nos donan parte de sus ahorros que su dinero está bien gastado. Hay muchos católicos en el mundo dispuestos a donar para ayudar al Santo Padre y a la Santa Sede a cumplir su misión. Es a ellos a quienes debemos rendir cuentas. Y a ellos podemos recurrir”.
La entrevista es publicada después del análisis del 10 de mayo del diario italiano Il Messagero, en el que se da cuenta de una reunión de los jefes de los dicasterios de la Curia del Vaticano la semana pasada para tratar el tema financiero del año 2020 y se habría considerado tres posibles escenarios.
Il Messagero señala que el escenario 1, “el más optimista”, contempla “una reducción entre el 30 y 50% de los ingresos ordinarios que determinaría un incremento del déficit del 28%”. El segundo considera la reducción de los ingresos entre un 50 y 60%. En esta hipótesis el aumento del déficit llegaría al 83%.
En el tercer escenario, el más pesimista, la reducción de los ingresos estaría entre el 50 y el 80%, con el adicional agravante de la ineficacia de las medidas de contención, con lo cual el déficit sería de 175%.
Al ser preguntado sobre la situación económica actual en el Vaticano, el prefecto dijo que este es “un tiempo difícil que nos pone ante nuestras responsabilidades. Debemos encontrar una manera de asegurar nuestra misión. Pero también debemos entender lo que es esencial y lo que no lo es. De la misma manera, no todo puede medirse solo como un déficit, mucho menos como un mero costo, en nuestra economía”.
El P. Guerrero recordó que el Vaticano no es “una compañía. No somos una empresa. Nuestro objetivo no es obtener beneficios. Cada dicasterio, cada ente, cumple un servicio. Y cada servicio tiene un costo. Nuestro compromiso debe ser de máxima sobriedad y claridad. El nuestro debe ser un presupuesto de misión. Es decir, un presupuesto que relaciona los números con la misión de la Santa Sede. Lo que parece ser una premisa, es la sustancia del asunto. Y por lo tanto nunca debe perderse de vista”.
Los números del Vaticano
El prefecto de Economía del Vaticano dijo que los números “de la Santa Sede son mucho más pequeños de lo que mucha gente imagina. Son más pequeños que una universidad americana promedio, por ejemplo. Y eso también es una verdad que a menudo se ignora”.
En cualquier caso, continuó, “las cuentas nos dicen que entre 2016 y 2020 tanto los ingresos como los gastos han sido constantes. Los ingresos fueron alrededor de 270 millones. El gasto promedio fue de unos 320 millones, dependiendo del año. Los ingresos proceden de las contribuciones y donaciones, de los rendimientos de los inmuebles y, en menor medida, de la gestión financiera y las actividades de las entidades”.
Tras explicar que buena parte de los ingresos del Vaticano dependen de los Museos Vaticanos, cerrados a causa de la pandemia, el prefecto indicó cómo se distribuyen los gastos.
“45% personal, 45% de gastos generales y administrativos y 7,5% de donaciones. O podría decir que el déficit (la diferencia entre ingresos y gastos) en los últimos años ha fluctuado entre 60 y 70 millones. Pero sobre la base de estos números solamente, algunos podrían pensar que el déficit es un agujero resultante de una mala administración. O que financia una burocracia inmóvil. No es así. No tiene nada que ver con eso”.
“Detrás de estos números está la misión de la Santa Sede y del Santo Padre, está la plenitud de la vida y el servicio eclesial”, subrayó.
Respondiendo a algunas informaciones que señalan que el déficit del Vaticano se cubre con lo que se recauda cada año con el Óbolo de San Pedro, el P. Guerrero indicó que eso no es cierto.
“No es correcto decir que el déficit es financiado por el Óbolo de San Pedro como si el Óbolo estuviera llenando un agujero. El Óbolo es también una donación de los fieles: financia la misión de la Santa Sede, que incluye la caridad del Papa, y que no tiene suficientes ingresos”, explicó.
El prefecto dijo que el del Vaticano es un “presupuesto de la misión” y detalló que el 15% va para solventar a los medios de comunicación del Vaticano donde trabajan unas 500 personas, 10% va a las nunciaturas, 10% se gasta “en las Iglesias Orientales, que a menudo son perseguidas o en la diáspora”.
“Otro 8,5% se gasta en las Iglesias más pobres, en las misiones, a través de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Luego está la tutela de la unidad de la doctrina, están las causas de los Santos. Está la preservación de un patrimonio de la humanidad como la Biblioteca Vaticana y los Archivos. Está el mantenimiento necesario de los edificios: otro diez por ciento. Están los impuestos italianos, que pagamos: alrededor del 6% del presupuesto, es decir, 17 millones”, refirió.
La crisis por el coronavirus
Ante la actual crisis, el prefecto de Economía dijo que en las estimaciones más optimistas se calcula una caída de los ingresos del 25%, mientras que las más optimistas lo estiman en 45%. “En cualquier caso, si no hay ingresos extraordinarios, es evidente que habrá un aumento del déficit”, precisó y explicó que “contrariamente a lo que mucha gente piensa, no hay grandes salarios aquí”.
Tras indicar que siguen adelante las reformas allí donde es necesario, el P. Guerrero señaló que “hemos pedido a cada cuerpo que haga todo lo posible para reducir los gastos y salvaguardar la esencialidad de su misión”.
El sacerdote jesuita también habló de la necesidad de centralizar las inversiones financieras y mejorar la gestión del personal y las compras, para lo cual “está a punto de aprobarse un código de adquisiciones que sin duda permitirá ahorrar”.
Sobre las inversiones, el prefecto dijo que “el objetivo no es solo centralizar: es hacer algo profesional, sin que haya conflicto de intereses y con criterios éticos. No solo debemos evitar las inversiones poco éticas, sino también promover las inversiones vinculadas a una visión diferente de la economía, a la ecología integral, a la sostenibilidad”.
Al ser preguntado sobre la confianza de los fieles, especialmente ante diversas noticias el año pasado referidas a algunas inversiones –como una inmobiliaria de 200 millones de euros en Londres– el sacerdote, que no se refirió a ninguna específicamente, dijo que “la confianza se gana con el rigor, la claridad, la sobriedad. Y también admitiendo con humildad los errores del pasado, para no repetirlos, y los actuales, si los hay. Sucede a veces, nos sucedió también a nosotros, por ejemplo, haber confiado en personas que no merecían confianza”.
“Siempre somos vulnerables en esto. Más transparencia, menos secreto, hace más difícil cometer errores. Precisamente por eso para las inversiones pretendemos tener un comité serio, de personas de alto nivel, sin conflictos de intereses, que nos ayude (en la medida de lo posible) a no cometer errores”, continuó.
El P. Guerrero dijo que sí lograrán asegurar los salarios del personal del Vaticano, “con nuestra capacidad para administrar bien. Con la ayuda de Dios y los fieles. Toda la Iglesia está sostenida de este modo”.
“Empezaremos compartiendo la verdad de la situación económica. Lo mejor que podemos hacer es ser diligentes y transparentes. Contaremos con el dinero con el que podamos contar. Construiremos un presupuesto base cero para el 2021. A partir de la esencialidad de la misión”, dijo.
A la pregunta sobre cuándo se publicará nuevamente un presupuesto oficial del Vaticano, el prefecto de Economía dijo que quisiera hacerlo “ya este año. Para explicar bien cómo gastamos el dinero. Para decir –con los papeles en la mano– que se gasta para hacer el bien, y al servicio de la Iglesia. Necesitamos narrar esto, contarlo bien”.
“La realidad que he visto en estos meses en la Santa Sede habla de esto. Merece confianza. Esta misión llena de belleza se lleva a cabo con la generosidad de muchos que nadie conoce”, concluyó.
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