, 13 May. 20 (ACI Prensa).-
En la Misa celebrada por en la capilla de la casa Santa Marta de este 13 de mayo, el Papa Francisco rezó por los estudiantes, por los alumnos que estudian y por los profesores.
En el día en que la Iglesia celebra la memoria de Nuestra Señora de Fátima, el Santo Padre pidió oraciones por los educadores y los estudiantes para que Dios les ayude en su camino.
“Recemos hoy por los estudiantes, los alumnos que estudian y los educadores que deben encontrar nuevos caminos para avanzar en la enseñanza: que el Señor les ayude en este camino, les dé valentía y también un buen éxito”.
En su homilía, el Santo Padre comentó el pasaje del Evangelio de San Juan sobre el sembrador y animó a permanecer en el Señor, y dejar que el Señor permanezca en el interior de cada uno.
“Este ‘permanecer’ no es un ‘permanecer’ pasivo, un adormecerse en el Señor: es un "permanecer" activo y también recíproco. Él también ‘permanece’ en nosotros. Es un misterio de la vida, un hermoso misterio. Los sarmientos sin vida no pueden hacer nada porque necesitan la savia para crecer y dar fruto, pero la vid también tiene necesidad de los sarmientos: es una necesidad recíproca para dar fruto. Esta es la vida cristiana: sí, es cumplir los mandamientos, vivir las bienaventuranzas y realizar las obras de misericordia, pero aún, es más: es este ‘permanecer’ recíproco. No podemos hacer nada sin Jesús.
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco
San Juan 15, 1-8
“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.
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