Sean misioneros del Evangelio en todos los ambientes, confiando en Jesús, con el amparo de nuestra Madre Aparecida
(RV).- En el marco del Año Mariano que conmemora los tres siglos del hallazgo de Nuestra Señora, en las aguas del Río Paraíba del Sur, el Papa Francisco dirigió su paternal saludo a los jóvenes de Brasil, en una carta con motivo de la clausura del Proyecto ‘Ruta 300’, que culminó en el Santuario de Aparecida, los días 29 y 30 de julio.
La Virgen María es un precioso ejemplo para la juventud y nos auxilia en el camino de la senda de la vida, recuerda el Santo Padre, evocando su Mensaje para la XXXII Jornada Mundial de la Juventud.
Invitando a los jóvenes brasileños a contemplar a Nuestra Señora Aparecida, el Obispo de Roma recuerda asimismo las veces que estuvo en ese santuario. En 2007, en la V Conferencia del Episcopado latinoamericano y luego en 2013, durante la JMJ de Río de Janeiro.
«Allí pude descubrir, en la mirada tierna y maternal de la Virgen morena y en los ojos de la gente sencilla que la contemplaba, el secreto de la esperanza que mueve al pueblo brasileño a afrontar con fe y coraje los desafíos de cada día», asegura el Papa Francisco, añadiendo luego que también allí pudo «contemplar la fuerza revolucionaria de una Madre cariñosa que mueve el corazón de sus hijos a salir de sí mismos con gran impulso misionero».
En medio de las incertidumbres e inseguridades de cada día, en medio de la precariedad de las situaciones de injusticia, tengan la certeza de que María es una señal de esperanza y los animará con un gran impulso misionero, escribe también el Papa a los jóvenes de Brasil.
Que el encuentro con nuestra Madre Aparecida transforme sus corazones, desea asimismo el Santo Padre con el anhelo de que Ella transforme las redes de sus vidas, las redes de amigos, redes sociales, redes materiales y virtuales, realidades que tantas veces se encuentran divididas, en algo más significativo: que se vuelvan una comunidad.
Aún más, «¡sean comunidades misioneras en salida: sean luz y fermento de una sociedad más justa y fraterna, sin miedo a arriesgarse y comprometerse en la construcción de una sociedad nueva, permeando con la fuerza del Evangelio los ambientes sociales, políticos, económicos y universitarios! No tengan miedo de luchar contra la corrupción y no se dejen seducir por ella»
Con esta exhortación, el Santo Padre recuerda asimismo a los jóvenes brasileños que «confiando en el Señor, cuya presencia es fuente de vida en abundancia, y bajo el manto de María, podrán redescubrir la creatividad y la fuerza para ser protagonistas de una cultura de alianza y así generar nuevos paradigmas que regulen la vida de Brasil» (cfr Mensaje Asamblea del Celam, 8 de mayo de 2017).
«Pueda el Señor, por intercesión de la Virgen Aparecida, renovar en cada uno de ustedes la esperanza y el espíritu misionero. Ustedes son la esperanza de Brasil y del mundo. Y la novedad de la que son portadores, se empieza a construir ya desde ahora», les asegura el Papa a los jóvenes brasileños, deseándoles que «Nuestra Señora, que en su juventud supo abrazar con valentía el llamado de Dios en su vida y salir al encuentro de los más necesitados, pueda guiarlos en todos sus caminos».
(CdM – RV)
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