, 04 Nov. 19 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco afirmó que la Iglesia no es una “ONG”, aunque en su misión haya un fuerte componente social, ni tampoco es una “asociación espiritual”, porque el Espíritu Santo está presente en ella.
El Santo Padre realizó estas afirmaciones en un libro-entrevista titulado “Sin Él no podemos hacer nada”, que recoge una conversación del Pontífice con el periodista Gianni Valente, y de la que la agencia vaticana Fides ha publicado algunos fragmentos este lunes 4 de noviembre.
En la entrevista, el Papa afirmó que la Iglesia si no se pone “en salida” se convierte en “una asociación espiritual. Una multinacional para lanzar iniciativas y mensajes de contenido ético-religioso. Nada malo, pero no es la Iglesia. Esto es un riesgo para cualquier organización estática en la Iglesia. Se termina por domar a Cristo. Ya no das testimonio de aquello que hace Cristo, sino que hablas en nombre de una cierta idea de Cristo”.
“Una idea poseída y domesticada por ti. Tú organizas las cosas, te conviertes en el pequeño empresario de la vida eclesial, donde todo sucede según un programa establecido, es decir, solo para ser seguido según las instrucciones. Pero el encuentro con Cristo no vuelve a ocurrir. El encuentro que te había tocado el corazón al principio ya no se repite”.
En ese sentido, subrayó que “es Cristo quien hace que la Iglesia salga de sí misma. En la misión de anunciar el Evangelio, te mueves porque el Espíritu Santo te empuja y te lleva. Y cuando llegas, te das cuenta de que Él ha llegado antes que tú, y te está esperando. El Espíritu del Señor ha llegado antes. Él se adelanta, también para preparar tu camino, y ya está trabajando”.
El Pontífice también hizo hincapié en la entrevista de la centralidad del Espíritu Santo en la misión de la Iglesia. “Sin el Espíritu, querer hacer la misión se convierte en otra cosa. Se convierte, diría yo, en un proyecto de conquista, la pretensión de una conquista que realizamos nosotros. Una conquista religiosa, o quizás ideológica, quizás también hecha con buenas intenciones. Pero es otra cosa”.
Además, explicó el significado de la frase, citada por el Papa Benedicto XVI y repetida en numerosas ocasiones por Francisco, de que la Iglesia crece por atracción. Recordó que esa expresión es del mismo Jesús y que figura en el Evangelio de Juan, donde se dice que “cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Y también: “Nadie viene a mí si el Padre que me envió no lo atrae”.
“La Iglesia siempre ha reconocido que esta es la forma propia de todo movimiento que acerca a Jesús y al Evangelio. No una convicción, un razonamiento, un tomar conciencia. No una presión ni una constricción. Siempre es una cuestión de atracción”, aseguró el Pontífice.
“Si Cristo te atrae, si te mueves y haces las cosas porque eres atraído por Cristo, otros lo notarán sin esfuerzo. No hay necesidad de demostrarlo, y mucho menos de exhibirlo. En cambio, quien se cree protagonista o empresario de la misión, con todos sus buenos propósitos y declaraciones de intenciones, a menudo termina sin atraer a nadie”.
A continuación, el Papa Francisco indicó que “la misión no es un proyecto corporativo ya bien probado. Menos es un espectáculo organizado para contar cuántas personas participan gracias a nuestra propaganda. El Espíritu Santo obra como quiere, cuando quiere y donde quiere”.
“El culmen de la libertad descansa precisamente en este dejarse llevar por el Espíritu, renunciando a calcularlo y controlarlo todo”, insistió.
En la entrevista, el Papa explicó otra expresión a la que recurre con frecuencia: “La Iglesia no crece a través del proselitismo”.
“El problema del proselitismo”, afirmó el Pontífice, “no es solo el hecho de que contradice el camino ecuménico y el diálogo interreligioso. Hay proselitismo en todos aquellos lugares donde está la idea de hacer crecer la Iglesia, sin la atracción de Cristo ni de la obra del Espíritu”.
Advirtió que “el proselitismo es siempre violento por naturaleza, incluso cuando se oculta o se ejerce con guantes. No puede soportar la libertad y la gratuidad con que la fe puede ser transmitida, por gracia, de persona a persona. Por esta razón, el proselitismo no es solo el del pasado, de los tiempos del antiguo colonialismo, o de conversiones forzadas o compradas con la promesa de ventajas materiales. Puede haber proselitismo incluso hoy en día, incluso en parroquias, comunidades, movimientos, en las congregaciones religiosas”.
Por el contrario, “el anuncio del Evangelio significa entregar con palabras sobrias y precisas el testimonio mismo de Cristo, como lo hicieron los apóstoles. Pero no sirve inventar discursos persuasivos. El anuncio del Evangelio también se puede susurrar, pero siempre pasa por la fuerza abrumadora del escándalo de la cruz”.
Asimismo, afirmó que el rasgo distintivo del misionero cristiano es “el de actuar como facilitadores, y no como controladores de la fe. Facilitar, hacerlo fácil, no ponernos como obstáculos del deseo de Jesús de abrazar a todos, de sanar a todos, de salvar a todos. No hacer selecciones, no hacer ‘aduanas pastorales’. No jugar el rol de los que se ponen en la puerta para comprobar si otros tienen los requisitos para entrar”.
Sobre la naturaleza de la misión de la Iglesia, el Papa recordó que “la Iglesia no es una ONG, la Iglesia es otra cosa. Pero la Iglesia es también un hospital de campaña, donde todos son acogidos, así como son, se sanan las heridas de todos. Y esto es parte de su misión. Todo depende del amor que mueve el corazón de quien hace las cosas”.
El Papa también respondió a una pregunta sobre la inculturación del cristianismo, y afirmó que “el cristianismo no tiene un modelo cultural único”.
“Es cierto que algunas culturas han estado estrechamente vinculadas a la predicación del Evangelio y al desarrollo del pensamiento cristiano. Pero en el tiempo que vivimos, se hace aún más urgente tener en cuenta que el mensaje revelado no se identifica con ninguna cultura. Y en el encuentro con nuevas culturas o con culturas que no han acogido la predicación cristiana, no se debe tratar de imponer una cierta forma cultural junto con la propuesta evangélica”.
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