Por: Rebecca Oas
(C-FAM – ZENIT News Agency / Washington, D.C., 17 de agosto de 2021).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) está actualizando sus orientaciones técnicas y políticas sobre «aborto seguro». Una publicación reciente sugiere firmemente que las orientaciones que vienen incrementarán la presión sobre las naciones para eliminar las protecciones legales de los no-nacidos y de los sanitarios que objetan su participación en los abortos.
Un documento publicado en el “BMJ Global Health” muestra un método para relacionar leyes y políticas con resultados de salud, en orden a ayudar a los legisladores a «sacar orientaciones relativas al aborto más enérgicas» y, potencialmente, en otras áreas legislativas.
El documento fue encargado como parte de un proceso de actualización de la OMS para su orientación del 2012, lo que fue notable por promocionar métodos «seguros» de abortar en regiones en desarrollo que serían inaceptables en países más desarrollados. Esta tendencia en las orientaciones de la OMS no ha dejado de incrementarse en años recientes, de delegar la realización del aborto a sanitarios de categorías inferiores a promover el aborto como una intervención propia sin involucrar a ningún profesional.
La OMS trabaja para quitar salvaguardas legales y médicas en torno al aborto. En 2017 lanzó una base de datos legal y política acerca del aborto para «eliminar las barreras que afrontan las mujeres al acceder a servicios seguros de abortar». El documento BMJ Global Health pretende construir mediante esa base de datos relaciones causales entre leyes pro-vida y resultados adversos de abortos «inseguros»
Para obtener datos sobre salud, la OMS a menudo mira el trabajo de los grupos de investigación pro-aborto como el Instituto Guttmacher y otros que explícitamente abogan por leyes liberalizadas del aborto.
Específicamente el documento se enfoca en leyes que establecen los periodos de espera, la involucración del padre o esposo, la criminalización, las restricciones a los proveedores y la objeción de conciencia de los sanitarios. De acuerdo con los autores, «actualmente las orientaciones de la OMS no hacen recomendaciones relativas a esas intervenciones legales, sino que las describe como barreras regulatorias y políticas que pueden influenciar el acceso a un aborto en tiempo y seguro».
Esto podría cambiar. La orientación sobre «aborto seguro» de la OMS todavía no se ha publicado pero la OMS trata de «diseminar orientaciones actualizadas sobre aborto seguro» como uno de sus mandamientos en el reciente Forum Generatoion Equality de Paris.
En junio, la organización She Decides, fundada para oponerse a las políticas pro-vida del anterior Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó una carta abierta declarando que «toda mujer de cualquier lugar tiene el derecho a un aborto seguro y legal». La carta sigue diciendo que «quieren ver las nuevas orientaciones sobre aborto seguro de la OMS implantadas», lo que implica de manera enérgica que las orientaciones representaran un ataque más agresivo a las leyes pro-vida en países de todo el mundo.
La OMS tiene un historial largo y bien documentado de la promoción del aborto, afirmando que «el acceso al aborto seguro protege la salud de mujeres y chicas y los derechos humanos».
El aborto nunca ha sido aceptado como un derecho humano por acuerdo global, ni en ningún tratado global vinculante sobre derechos humanos. En la relevante Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo el consenso fue que las leyes sobre el aborto son cosa de cada país –un estándar que permanece después de un cuarto de siglo de debates en las Naciones Unidas.
La OMS justifica su posición basada en la no vinculante opinión de miembros de cuerpos monitores y otros expertos de dentro de los grupos de derechos humanos de la ONU. Estos grupos e individuos vienen siendo desde hace tiempo criticados por excederse en sus atribuciones sobre el aborto y otros asuntos sociales, pero poco se ha hecho para que significativamente se retracten de su conducta.
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