Redacción ZENIT
(ZENIT News Agency / Washington, 06.08.2021).- Los católicos de los Estados Unidos ofrecen esperanza y ayuda a sus hermanos en África a través de contribuciones al Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África. Cada año, muchas diócesis en los Estados Unidos apoyan el Fondo de Solidaridad durante julio y agosto con colectas especiales en la misa dominical, a través de sus plataformas en línea y por medio de donaciones electrónicas. Otras diócesis toman una colecta en diferentes épocas del año o hacen una contribución directa en lugar de una colecta.
“Las donaciones al Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África apoyan la misión de la Iglesia de traer esperanza, fomentar el entendimiento y la sanación entre los diversos pueblos y ayudar a difundir las Buenas Nuevas del amor y la misericordia de Dios a través de Jesucristo”, dijo el cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark, presidente del Subcomité sobre la Iglesia en África de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. “La generosidad de los católicos estadounidenses tiene un impacto tangible y duradero en la vida de nuestros hermanos y hermanas católicos”.
Desde un punto de vista económico y político, África es la zona más pobre y marginada del mundo. La pobreza endémica, el daño ecológico, la mala gobernanza, el conflicto persistente y los grandes desplazamientos de población azotan gran parte del continente.
“Sin embargo, África es también un continente de enorme vitalidad espiritual, donde el Pueblo de Dios, ministros ordenados y laicos por igual, comparte el Evangelio con una alegría que debería inspirarnos a todos a hacer lo mismo”, dijo el cardenal Tobin. “Las donaciones de católicos estadounidenses al Fondo de Solidaridad brindan los recursos básicos que la Iglesia en África necesita en su misión pastoral para profundizar la fe de su pueblo, evangelizar a sus prójimos, fortalecer su liderazgo y promover la paz y la justicia. Cada dólar que se recibe en la canasta o se envía en línea a través de plataformas de donaciones electrónicas contribuye en gran medida a marcar una diferencia real en la vida de fe de las personas, las familias y las comunidades de África”.
En 2020 las donaciones al Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África disminuyeron drásticamente debido al largo período sin misas en persona debido a la pandemia de COVID, en el mismo momento en que la necesidad en África se intensificó debido a la misma pandemia. Sin embargo, en 2020 el Fondo pudo apoyar a estos otros ministerios críticos:
– En un Camerún devastado por la guerra, 65 catequistas recibieron capacitación en asesoramiento sobre traumas y educación en derechos humanos, lo que les permitió ofrecer apoyo pastoral a personas desplazadas que huyeron de los combates que destruyeron sus hogares y comunidades.
– En Burundi, la Conferencia de Obispos Católicos está ampliando sus programas para proteger a los menores y adultos vulnerables de la violencia y el abuso sexual, estableciendo un programa de divulgación en cada diócesis para crear conciencia y poner fin al abuso sexual en la Iglesia y en la sociedad.
– En la República del Congo, un taller nacional para maestros de cuatro días revitalizará la enseñanza de la religión e impactará a miles de estudiantes en todo el país.
– En Zambia, un país con tan pocos sacerdotes que los aldeanos a menudo pasan meses sin acceso a los sacramentos, los líderes laicos de dos conferencias bíblicas nacionales recibieron instrucción intensiva para comprender e interpretar correctamente la Palabra de Dios.
Para obtener más información sobre el Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África y cómo las donaciones marcan la diferencia se puede visitar www.usccb.org/africa
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