Redacción ZENIT
(ZENIT Noticias / India, 08.10.2021).- El padre George Mangalapilly, sacerdote indio, fue absuelto de la acusación de haber cometido el presunto delito de «conversión religiosa forzada» . El 14 de diciembre de 2017, junto con 32 seminaristas, fue atacado por un grupo de extremistas radicales hindúes mientras cantaba villancicos en la aldea de Bhumkahar, en el estado de Madhya Pradesh. Después de cuatro años de batallas legales, el sacerdote finalmente fue absuelto por la Corte Suprema de la India.
En una entrevista con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el padre George recuerda los días de su arresto: “Éramos dos sacerdotes y 32 seminaristas, estudiantes de teología, y habíamos viajado al pueblo de Bhumkahar, Jawahar Nagar, a unos 15 km del seminario. Como siempre lo hemos hecho durante años, habíamos organizado un programa navideño, con diversas actividades culturales y con la ayuda de los lugareños. El evento casi había terminado cuando un grupo de personas llegó e interrumpió la reunión. Usaron palabras ofensivas e intentaron golpear a algunos de nuestros seminaristas. Nos ordenaron detenernos y nos dijeron que necesitábamos un permiso oficial para organizar tal evento. Unos minutos después llegaron varios policías de la ciudad, nos ordenaron detenernos y nos llevaron a todos a la comisaría. Nos acusaron de intentar convertir a los lugareños al cristianismo, pero este era un evento que habíamos estado organizando durante muchos años y era parte de la formación del seminario. El tribunal concedió la libertad bajo fianza muy tarde, en la noche, después de lo cual se permitió que todos regresaran al seminario».
Después del arresto del padre George, los hindúes radicales lo amenazaron de muerte y quemaron un automóvil. “El coche pertenecía a los sacerdotes de la Sociedad Claretiana que vinieron a preguntar por nosotros y que dirigían una escuela cerca del seminario del pueblo, y se incendió mientras cuatro de sus sacerdotes estaban conmigo dentro de la comisaría. No sabemos quién lo hizo, pero sí sabemos que eran algunas de las personas del grupo radical. La policía arrestó y acusó a una persona que luego obtuvo la libertad. No se ha reconocido ninguna compensación a los sacerdotes”.
El padre Mangalapilly se detuvo posteriormente en los méritos de la acusación. «Nos acusaron de intentar convertir a la gente al cristianismo», sin embargo, es «una acusación falsa e infundada. El seminario está allí desde hace más de veinticinco años y nunca hemos obligado a nadie a convertirse».
Desafortunadamente, este no es un caso aislado, porque “ha habido muchos otros ataques contra cristianos. En este caso fuimos a la Corte Suprema porque sabíamos que podíamos probar que éramos inocentes, pero hay muchos otros casos que aún no se han resuelto. E incluso en el pasado la gente ha sufrido persecución y encarcelamiento», continúa el padre Mangalapilly, quien describe también los motivos de tales persecuciones: «No es la primera vez en la historia de la India que se dan casos como este, casos como el nuestro, especialmente en estados gobernados por partidos radicales hindúes. Tienen miedo de los cristianos porque educamos a las personas, especialmente a los pobres, los marginados y los oprimidos. Enseñamos a leer y escribir a personas que antes no podían hacerlo. En la India hay mucha gente pobre y analfabeta y la Iglesia los está educando. Y, por supuesto, algunas personas temen que si la gente recibe una educación empezará a insistir en sus derechos”, concluye el sacerdote.
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