Santa Teresa de Calcuta voz de los no nacidos y de los más pobres, ante los poderosos del mundo y sus crímenes contra la pobreza
(RV).- Dedicamos nuestro espacio a la canonización de la Madre Teresa santa de los últimos y de los voluntarios
¡Llevemos en el corazón la sonrisa de la Madre Teresa y donémosla a quien encontramos en nuestro camino, en especial a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura!
Fue el mandato del Papa Francisco al concluir su homilía en la Misa de canonización de la Madre Teresa de Calcuta. Ante más de cien mil fieles de tantas partes del mundo, entregó a los voluntarios el modelo de la infatigable misionera de misericordia que derramó el amor gratuito sin distinción de lengua, cultura, raza, religión:
Se comprometió en la defensa de la vida, proclamó sin cesar que «el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre». Se inclinó sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; hizo oír su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes – ¡ante los crímenes! – de la pobreza creada por ellos mismos.
El Papa recordó que dondequiera que haya una mano tendida que pide ayuda, allí debemos estar y estar la Iglesia
Terminaremos con la Voz de los Peregrinos que participaron en la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, Fundadora de las Misioneras y de los Misioneros de la Caridad
(CdM – RV)
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