REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
“El Reino de Dios es ofrecido a todos, pero no está puesto a disposición en una bandeja de plata, necesita un dinamismo: se trata de buscar, caminar, ocuparse”, dijo Francisco explicando las parábolas de Jesús del domingo 30 de julio.
El Obispo de Roma afirmó que “la actitud de la búsqueda es la condición esencial para encontrar; es necesario que el corazón arda del deseo de alcanzar el bien precioso, es decir, el Reino de Dios que se hace presente en la persona de Jesús. Es Él el tesoro escondido, es Él la perla de gran valor”.
Siguiendo los pasos de los personajes de las parábolas el Papa argumentó Jesús es el descubrimiento fundamental, “que puede dar un viraje decisivo a nuestra vida, llenándola de significado”. Y dijo que “frente al descubrimiento inesperado, tanto el campesino como el mercader se dan cuenta que tienen delante una ocasión única que no deben dejarse escapar, por lo tanto, venden todo aquello que poseen. La valuación del valor inestimable del tesoro, lleva a una decisión que implica también sacrificio, separaciones y renuncias… cuando hemos encontramos al Señor, es necesario no dejar estéril este descubrimiento, sino sacrificarle cualquier otra cosa. No se trata de despreciar el resto sino de subordinarlo a Jesús, poniéndolo a Él en el primer lugar”.
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