REFLEXIONES EN FROMNTERA, jesuita Guillermo Ortiz
A raíz de la memoria litúrgica de San José de Calasanz, fundador de los Escolapios, que en Roma se dedicó a la educación de los niños del pueblo, instituyendo escuelas populares gratuitas, recordé que Papa Francisco, en sus Catequesis sobre la familia, dedicó una a los niños el ocho de abril de 2015.
Francisco expresó entre otras cosas: "Tantos niños desde el inicio son rechazados, abandonados, les roban su infancia y su futuro. Alguien osa decir, casi para justificarse, que ha sido un error hacerlos venir al mundo. ¡Esto es vergonzoso! ¡No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, por favor! Los niños no son jamás “un error”. Su hambre no es un error, como no lo es su pobreza, su fragilidad, su abandono, tantos niños abandonados por las calles; y no lo es tampoco su ignorancia o su incapacidad, tantos niños que no saben qué es una escuela, y no lo es tampoco todo esto. A lo sumo, estos son motivos para amarlos más, con mayor generosidad. ¿Para qué sirven solemnes declaraciones de los derechos del hombre y de los derechos del niño si luego punimos a los niños por los errores de los adultos?
… todos los adultos, somos responsables de los niños y de hacer cada uno lo que pueda para cambiar esta situación. Me refiero a la pasión de los niños. Cada niño emarginado, abandonado, que vive en la calle mendigando… es un grito que llega a Dios y que acusa el sistema que nosotros adultos hemos construido. Y lamentablemente, estos niños son presa de los delincuentes, que los explotan para indignos tráficos y comercios, o adiestrándolos para la guerra y la violencia".
Publicar un comentario