(RV).- «Basta ya de tantas muertes y heridos, y de tanta zozobra, recuerden que ustedes también son hijos de este pueblo que está sufriente y que clama por un presente y un futuro provisor humano y fraterno»; es el grito que sale del corazón del Obispo de San Cristóbal tras los últimos episodios violentos que tuvieron lugar en Venezuela al finalizar este domingo 30 de julio de 2017 la Asamblea Nacional Constituyente:
Mons. Moronta se refiere a los últimos acontecimientos a partir del pedido realizado por los obispos venezolanos de que se retirase la propuesta de una asamblea constituyente porque no ha sido convocada por el pueblo, resultando de consecuencia, inconstitucional. El prelado manifiesta que el Gobierno "hizo oídos sordos a este llamado", y que tampoco hizo caso de la consulta popular del pasado 16 de julio:
"La respuesta fue la del encerramiento en sus posiciones. Como dice la Palabra de Dios, nos hemos conseguido con gente de dura cerviz. Tampoco la Fuerza Armada Nacional Bolivariana oyó nuestra solicitud y menos caso hizo de las advertencias que le propusiéramos de defender al pueblo, la Constitución y el estado de derecho, lamentablemente se recrudeció la represión con un saldo insólito de muertos. Algunos de ellos menores de edad, y otros ajenos a las protestas".
El prelado lamenta en su voz y en la de los pastores cómo a esta lista "se sumaron algunos dirigentes oficialistas y efectivos militares", y señala que "las responsabilidades de estas muertes deben ser asumidas por quienes dieron órdenes, y por quienes al no escuchar las recomendaciones se empecinaron en actuar de espaldas al pueblo":
"El derecho a las protestas ha sido criminalizado y también ha generado situaciones que rompen la paz social y la sana convivencia con hechos violentos. Se ha creado una situación caótica que desconcierta, pero que a muchos llena de temores e indefensión. La gente sigue sintiéndose burlada y se tiene la real impresión en quienes gobiernan que no les duele la angustia, la indefensión de nuestra gente".
"Si no les duele el hambre que golpea a muchos, así como la falta de insumos médicos, y de atención a la seguridad, mucho menos le va a doler o preocupar el deseo de libertad, de convivencia democrática y de paz que requiere el pueblo al que pertenecemos", lamenta el obispo, y prosigue: "por eso tampoco les preocupa que haya muchos hermanos que están emigrando de Venezuela hacia países hermanos, ellos no están huyendo de Venezuela. Están buscando la posibilidad de alimentación, atención médica y también de aquellos que necesitan para vivir dignamente. En los últimos días más de ciento cincuenta mil venezolanos, padres y madres de familia con sus hijos y otros familiares, han pasado a Colombia sellando sus pasaportes para ir en búsqueda de una nación hermana que los reciba y acoja fraternalmente".
Tras referirse al texto bíblico de la imagen de la viña propuesta por el profeta Natán a David, un texto que retrata la situación que se vive en el país, el prelado expresa que tal como lo hiciera el profeta entonces, hoy corresponde a los sacerdotes, religiosas y a los laicos pedir la conversión al gobierno, a los militares, a los dirigentes políticos: "en el Nombre de Dios les pedimos a los dirigentes del Gobierno, en todas sus expresiones, que cambien de actitud y escuchen el clamor del pueblo del cual son sus servidores. Es hora de cambiar el rumbo es hora de atender el deseo del pueblo, por elecciones regionales y nacionales este mismo año. Y no digan que no se puede, así como han tergiversado las leyes y manipulado la Constitución, se puede buscar sí de una manera legítima y legal la manera de promover esas elecciones lo más pronto posible".
"En el Nombre de Dios – vuelve a clamar el Obispo- le pedimos a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que actúen de acuerdo con su conciencia y con Temor de Dios, son servidores de la democracia, la Constitución y del pueblo, no de un gobernante, una ideología, o de un partido".
"Basta ya de tanta muertes y heridos, y de tanta zozobra, recuerden que ustedes también son hijos de este pueblo que esta sufriente y que clama por un presente y un futuro provisor humano y fraterno. La inmensa mayoría de ustedes son cristianos católicos por tanto deben regirse por los criterios de la Palabra de Dios, uno de los cuales es el Quinto Mandamiento que pide 'No Matar'".
Mientras que en las útlimas frases de su exhortado mensaje, a los miembros de la iglesia diocesana mons. Moronta recuerda que el pueblo cristiano es "Pueblo de Dios que promueve y defiende la vida" y que "aunque haya muchas razones humanes para el odio y la venganza debemos preparar y fortalecer y hacer realidad la reconciliación, hay que llenarse de Cristo que es nuestra paz".
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)
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