Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
La Conferencia episcopal mexicana (CEM) hace un llamado al Congreso para que analice y discuta la elaboración de una ley general sobre desplazamiento forzado en la que se plasmen los derechos de las personas víctimas de este fenómeno. En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados 2020, monseñor José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez y presidente de la Dimensión episcopal de la pastoral de movilidad humana (DEPMH) retrata la dramática condición de los miles de desplazados internos ignorados y olvidados, como denuncia el Papa Francisco en su mensaje para la jornada de este año: “Como Jesucristo, obligados a huir”.
“En México, el gobierno no ha reconocido en su más alto nivel el fenómeno del desplazamiento interno forzado, y no cuenta con mecanismos institucionales y normativos para la atención y protección de este sector poblacional a pesar de su tendencia permanente a incrementar, que se extiende por todo el territorio mexicano ”, afirma mons. Torres.
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos reporta un total documentado de 338,405 personas en situación de desplazamiento forzado, en México, entre el 2006 y 2018. Con este dato, el mensaje introduce la descripción de este fenómeno migratorio en constante crecimiento a causa de la inseguridad y la violencia generada por el crimen organizado, la pobreza extrema, el abandono en que viven muchas comunidades especialmente indígenas y, en muchas ocasiones, los desastres naturales.
El obispo de Ciudad Juárez explica que el desplazamiento forzado interno en México, tal como lo señala el Papa Francisco en su mensaje, no ha sido visibilizado ni las víctimas atendidas, en buena parte, por la tendencia de las autoridades a minimizar el fenómeno bajo el argumento de que los movimientos de poblaciones internas responden a motivaciones económicas. Además, cuestiona la carencia del andamiaje legal e institucional necesario para proteger y asistir el problema con políticas públicas de a las personas desplazadas.
Ante esta realidad, la Iglesia mexicana exhorta al gobierno federal a construir un marco legal e atención institucional que realizar la identificación, registro, y reivindicación de los derechos humanos de las personas desplazadas internas, a fin de otorgarles protección, atención y asistencia. Igualmente, exigen una acción conjunta de los tres niveles de gobierno para prevenir las causas que provocan el desplazamiento forzado interno y evitar que se sumen más víctimas.
La DEPDH, en su mensaje se compromete a seguir adelante, junto a tantos agentes de pastoral que ya desarrollan acciones en ese campo, a mantener una actitud de acogida hacia desplazados, y en comunión con toda la Iglesia, se suma a la oración propuesta por el Papa Francisco en su mensaje por los hermanos desplazados y por quienes hacen esfuerzos para brindarles apoyo y protección.
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