Isabella Piro – Vatican News
"Actuar en solidaridad y responsabilidad con los migrantes y refugiados": esto es lo que pidieron los obispos de COMECE (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea), en una nota sobre el "Pacto de Migración", el nuevo Pacto de la UE sobre Migración y Asilo propuesto por la Comisión Europea el miércoles 23 de septiembre. El documento, que tiene un valor normativo quinquenal, incluye una serie de novedades que COMECE define como "positivas": tratamiento fronterizo especial para los menores no acompañados, una respuesta más rápida a los solicitantes de asilo y la aclaración de sus derechos y obligaciones, "preparando el camino para la residencia a largo plazo". Se esperan ahora conversaciones con los gobiernos de los 27 países europeos.
Por consiguiente, los obispos de la UE acogen con satisfacción "la iniciativa de la Comisión Europea de definir un marco nuevo y amplio", de modo que pueda crearse un "mecanismo justo de gestión de la migración", teniendo en cuenta también "la disfuncionalidad de los actuales sistemas de migración y asilo y las dramáticas situaciones que han afectado recientemente a muchos migrantes y sus familias en Europa". Sin embargo, COMECE recuerda la importancia de "dar prioridad a la protección de la dignidad humana y la promoción del bien común" e insta "a la UE y a sus Estados miembros a que reconozcan a los migrantes y refugiados como personas con dignidad y derechos fundamentales, y no como números".
Los obispos también piden "la protección de los solicitantes de asilo y sus familias cumpliendo su obligación de no regresar al país donde están en peligro" y apoyando "su plena inclusión en la sociedad de acogida". Por ello, "el fortalecimiento de la política de retorno" incluido en el Pacto sobre Migración - continúa la nota - "debería equilibrarse con un enfoque más generoso hacia los migrantes sociales y económicos, abriendo vías legales más amplias para su acceso regular a la Unión Europea" en un "espíritu de hospitalidad fraternal".
COMECE también expresa su preocupación por el traslado de los solicitantes de asilo dentro de la UE, porque "el sistema propuesto depende en gran medida de la decisión de cada Estado miembro". De ahí la exhortación de la Iglesia Europea a "mejorar y aumentar el apoyo a los países que geográficamente están más expuestos a una gran afluencia de migrantes y refugiados". "Debemos evitar que el Mar Mediterráneo se convierta en un cementerio", concluyó COMECE, reiterando que "el rescate de personas en dificultades en el mar es una obligación moral y jurídica que debe ser respetada por todos los agentes estatales y no estatales".
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