Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
El recuerdo del desastre humanitario generado con el incendio en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, el pasado 9 de septiembre, es el punto de partida de un nuevo mensaje de los obispos españoles, en vísperas de la Jornada Mundial del migrante y refugiado, que se celebra mañana, domingo 27 de septiembre. “Más de 12.000 residentes estaban acogidos en el campo – muchos de ellos niños –, superando cuatro veces su capacidad y soportando condiciones miserables, mientras esperaban que se procesaran sus solicitudes de asilo”, indica el documento que pone de relieve la urgencia de sensibilizar a la sociedad española ante este drama humano.
“Presenciamos con cierta impotencia y dolor las continuas llegadas a nuestras costas de migrantes en condiciones muy extremas y difíciles. Nos llega al corazón el sufrimiento y la muerte de muchos hermanos nuestros buscando alcanzar una vida más digna”, dice la nota publicada en el portal de la Conferencia episcopal española (CEE)
Tras recordar la visita del Papa Francisco al campamento de Moria, en abril 2016, el documento se centra en el lema escogido por el Santo Padre para la jornada de este2020: “Como Jesucristo, obligados a huir” y retoma lo ya dicho por la Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad humana de la CEE , que en agosto pasado había publicado su mensaje anual para esta jornada en su revista Migraciones. “Invitábamos a poner rostro a estas personas vulnerables rescatándoles de las listas anónimas de cifras” indican los obispos al insistir en la urgencia de sensibilizar a la comunidad cristiana “que reconoce a Jesús “ en cada persona obligada a huir y a sensibilizar a la sociedad española para que asegure los derechos de la dignidad humana a toda persona obligada a desplazarse.
“De nuevo, y urgidos por el dolor humano y por la ofensa a la dignidad en muchos de estos casos tan recientes y cercanos, apelamos a la sensibilidad de nuestras sociedades hacia el derecho a la vida y a la dignidad de todo hijo de Dios. Y reiteramos la necesidad urgente de trabajar para salvar vidas, incluso en estos tiempos de crisis por la pandemia del COVID-19 que se está ensañando en los más vulnerables”, advierten los obispos.
El mensaje de la Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad humana de la CEE sugiere, entre otras acciones, la atención y dedicación de todos los recursos posibles para la urgente cooperación con los países de origen de los migrantes, que es una de las maneras más eficaces para combatir las migraciones forzadas. “Huyen de la guerra, la pobreza extrema, los desastres medioambientales, la persecución y la ofensa a los derechos humanos, y se encuentran al llegar a Europa privados de refugio o seguridad”, constata el mensaje.
Al referirse nuevamente al mensaje episcopal para la jornada, la nota recalca la dolorosa situación en las fronteras de Europa y en las de la misma España, que están siendo afectadas por muchas medidas que impiden la necesaria solidaridad, hospitalidad y acogida de los migrantes y refugiados tan necesitados y vulnerables.
“Urge buscar condiciones alternativas y creativas para asegurar la vida y la dignidad humana de los emigrantes y refugiados, tanto ahora como en el futuro”, reafirma la nota de los obispos en la que agradecen también la labor solidaria y la buena voluntad de tanta gente de Iglesia y de la sociedad civil en "estos tiempos tan recios".
Por último, exhortan a rezar y colaborar para hacer realidad la hospitalidad y el cumplimiento de los derechos de los emigrantes: “Porque la compasión humana que ha ennoblecido tantas acciones en nuestro país es más vital ahora que nunca”.
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