(ZENIT – 24 enero 2019).- Entre palmas y voces de alegría al ritmo del tambor panameño, 350 mil jóvenes –según informes de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial San Miguel Arcángel– con sus banderas de todos los colores, han acogido al Santo Padre para celebrar el primer encuentro con la juventud, congregada en el campo de Santa María la Antigua, en la Cinta Costera de la Ciudad de Panamá, en la tarde del jueves, 24 de enero de 2019.
Los fuertes vientos del norte, propios de la estación estival panameña favorecían el cálido abrazo del Santo Padre a los peregrinos, llegados de todas las regiones del mundo para participar en la 15ª Jornada Mundial de la Juventud.
Hágase
“¿Nos animamos a decirle al ángel, como María: he aquí los siervos del Señor, hágase? No contesten, cada uno conteste en su corazón. Hay preguntas que solo se contestan en silencio”, esta es la invitación que ha dejado el Pontífice a las decenas de miles de chicas y chicos presentes en la JMJ 2019.
Francisco ha pronunciado un discurso con fuerza, entusiasmo y lleno de alusiones a la cultura del encuentro, a la unión en las diferencias, a la inclusión y a la custodia de las tradiciones, de las raíces. En especial, el Papa ha pedido un gran aplauso para los jóvenes indígenas y los afro descendientes, que han celebrado un encuentro en Panamá previo a la JMJ.
Enorme saludo a Benedicto
También ha sido particularmente conmovedor el momento en el que el Papa Francisco ha citado una frase de Benedicto: “el amor verdadero no anula las legítimas diferencias, sino que las armoniza en una unidad superior”, y ha dicho a continuación: “¿Saben quién dijo esto? El Papa Benedicto, ¡que nos está viendo!”, pidiendo a todos los jóvenes un saludo para él: “Nos está mirando por la televisión y lo vamos a aplaudir, un saludo, todos con la mano. ¡Un saludo!”.
Al llegar a la cinta costera, han acompañado al Santo Padre varios jóvenes de los diferentes continentes, mientras otros cantaban el himno de la JMJ Panamá 2019 en sus diferentes versiones mientras el Papa llegaba a la tarima.
El Santo Padre ha sido recibido por 2 jóvenes panameños que le han acompañado a pasar a través de una réplica de las compuertas del Canal de Panamá. El Santo Padre ha subido en ascensor y se ha tomado unos minutos en la sacristía.
Regalos de los jóvenes
Ya sentado el Santo Padre en la tarima principal, varias parejas de jóvenes se han presentado en sus idiomas y se han acercado al Papa para entregarle unos regalos. Los panameños van vestidos con los trajes típicos: la mujer lleva el vestido de pollera y el chico va con el sombrero pintao. Han regalado al Pontífce una estola blanca bordada con colores de la bandera de Panamá, rojo y azul.
Los jóvenes artistas han cantado en francés, en inglés, portugués, desde diferentes puntos de la tarima, con coreografías de chicos y chicas que visten de vivos colores. También bailan las parejas panameñas con los trajes propios de la tierra transoceánica.
Presentación de los patronos
San Juan Pablo II ha sido presentado por la mexicana Ana Lucia Reyescon “su firme decisión de mostrar al mundo el rostro joven de Cristo” y también ha hablado del indio San Juan Diego, como modelo de entrega a Dios en la juventud.
Una chica de Perú: ha introducido a San Martín de Porres, que representa “la belleza morena de un corazón lleno de Dios” y a Santa Rosa de Lima, la “joven alegre que iluminó su vida con la cruz de Cristo”.
En francés, un chico de Haití, ha presentado a San Juan Bosco y a la Beata Sor María Romero, y un muchacho de El Salvador ha presentado al joven José Sánchez Rico y a Óscar Romero, quien “junto al altar, derramó su sangre”.
Al final, jóvenes de diferentes países han leído sus peticiones en español (Venezuela), inglés (Canadá), Francés (Francia), Italiano (Italia), Coreano (Corea), Árabe (Líbano), Portugués (Angola).
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