ÁFRICA/SUDÁFRICA - "Justicia y Paz" acoge con satisfacción la introducción del salario mínimo garantizado, pero subraya que aún queda mucho por hacer
Johannesburgo (Agencia Fides) - "Aplaudimos al presidente y al gabinete por haber dado el primer paso para eliminar las disparidades salariales y hacer frente a la difícil situación de los trabajadores pobres", dice mons. Abel Gabuza, obispo coauditor de la arquidiócesis de Durban y presidente de la Comisión Episcopal "Justicia y Paz" de la SACBC (Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de África del Sur), en una nota enviada a la Agencia Fides sobre la entrada en vigor, el 1 de enero de 2019, de la ley que introduce el salario mínimo garantizado.
Sin embargo, el obispo Gabuza afirmó que el Departamento de Trabajo debe garantizar que la ley sea respetada por todos. El presidente de "Justicia y Paz" también señaló que "el salario mínimo nacional exige que los trabajadores más débiles ganen 3.500 rand (unos 212 euros) al mes. Para ganar 3.500 rands al mes, un trabajador tendría que trabajar 40 horas a la semana. Un alto porcentaje de los trabajadores más débiles trabajan menos de 40 horas semanales y, por lo tanto, no reciben la suma establecida por la ley".
Gabuza también subrayó que el ente encargado de resolver las disputas entre los empleadores y los empleados (Comisión de Conciliación, Mediación y Arbitraje -CCMA) "no tiene capacidad para satisfacer la creciente demanda de servicios, incluida la aplicación del salario mínimo nacional. Además, el acceso financiero y geográfico a las oficinas del CCMA y al Departamento de Trabajo sigue siendo un problema, especialmente para los trabajadores pobres de las provincias rurales".
Este problema se ve agravado por el hecho de que la ley no introduce medidas adecuadas para castigar a los empleadores que actúan de mala fe y siguen explotando a las personas más vulnerables. "En algunos sectores, los empleadores ya han anunciado a los trabajadores que tienen la intención de reducir el tiempo de trabajo a un nivel inferior a 40 horas semanales. Otros empresarios, en particular los agricultores, han anunciado que en 2019 aumentarán la cantidad que cobran por la electricidad, el agua y los intereses de los préstamos, etc., y que también aumentarán la cantidad que cobran por la producción de electricidad y agua. Ambas prácticas erosionarán las ganancias del salario mínimo nacional", señala la nota.
Finalmente, según "Justicia y Paz", el debate sobre el salario mínimo nacional está desviando la atención del importante debate sobre el salario de subsistencia. "El salario de subsistencia difiere del salario mínimo legal en que su determinación da prioridad a las necesidades básicas de los trabajadores pobres y al costo de los niveles de vida básicos, y no solo a las necesidades del mercado laboral. Un salario de subsistencia garantiza que los trabajadores pobres puedan ganar lo suficiente para vivir una vida decente y digna".
(L.M.) (Agencia Fides 3/1/2019)
Compartir:
Publicar un comentario