Bogotá (Agencia Fides) – El Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal (MXY) fue fundado en 1927 en Yarumal, un poblado de la diócesis de Santa Rosa de Osos, para la evangelización y el trabajo misionero. “Actualmente los misioneros estamos trabajando en Colombia, Ecuador, Bolivia, Panamá, Estados Unidos y Canadá en este continente. En África trabajamos en Kenia, Angola y Costa de Marfil, En Asia en Camboya y Tailandia. Tenemos además unos misioneros que trabajan en Italia, España y Bélgica” explica a la Agencia Fides el p. Hernan Pinilla, MXY, de la Secretaria de la Animación Misionera y Vocacional del Instituto.
“Ahora somos unos 180 misioneros, incluyendo a los seminaristas de promesa temporal – continua-. En América trabajamos unos 40 misioneros, en África 15 misioneros, en Asia 8 misioneros. Aproximadamente 20 misioneros trabajan en otros servicios en Colombia: animación misionera y vocacional, consejo general y otros servicios administrativos. Los adultos mayores, retirados son 30”.
En cuanto a la situación de las vocaciones, el p. Hernán Pinilla subraya: “Contamos actualmente con 22 seminaristas profesos que realizan estudios de teología y algunos de ellos en experiencia pastoral. En Filosofía tenemos unos 15 estudiantes. Este año, a pesar de las dificultades para el acompañamiento vocacional causadas por la pandemia, han iniciado el proceso de formación siete estudiantes. El promedio de estudiantes que han ingresado los últimos años es de 8 a 10 estudiantes”.
El p. Hernán señala que las limitaciones de la pandemia no han afectado a la decisión de muchos jóvenes de seguir la llamada de Dios. “La pandemia del Corona virus, con todo lo trágico que ella significa, desafía nuestros esquemas pastorales, incluyendo la pastoral vocacional y ha despertado la creatividad de los agentes de pastoral vocacional. Los tradicionales encuentros vocacionales, han tenido que realizarse a través de las nuevas tecnologías y los pocos encuentros presenciales, acatando todas las normas de bioseguridad y con todos los cuidados que la pandemia nos exige. La pandemia no ha sido un impedimento para que muchos jóvenes se inquieten por la vocación misionera, constatamos con alegría, que Dios sigue llamando y que siempre hay jóvenes dispuestos a responder a la llamada. La vocación misionera, sigue siendo atractiva para muchos jóvenes”.
“Los jóvenes que llegan a nuestro seminario – concluye el misionero -, los podemos dividir en dos grupos: Jóvenes que han terminado sus estudios secundarios y otro número más o menos significativo, de los que han realizado (o al menos iniciado) otros estudios universitarios o técnicos, algunos de ellos trabajadores en diferentes campos. Muchos adultos, mayores de 24 años, tocan a nuestras puertas con el deseo de ser misioneros. A estos no podemos aceptarlos porque terminarían el proceso de formación muy mayores y hemos notado que les cuesta mucho más el aprendizaje de otros idiomas y adaptarse a las exigencias de vida comunitaria”.
(SL) (Agencia Fides 24/4/2021).
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