Port Moresby (Agencia Fides) – “Las vocaciones sacerdotales en Papúa Nueva Guinea y en las Islas Salomón están aumentando más en calidad que en cantidad”, explica a la Agencia Fides, con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el P. Jacek Tendej CM, Rector del Seminario del Espíritu Santo en Bomana, Papúa Nueva Guinea (PNG).
En la Conferencia Episcopal de Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón hay: un seminario mayor (con 12 seminaristas) y un seminario menor diocesano (con 96 seminaristas) en Vanimo; un seminario propedéutico regional (con 29 muchachos) en la archidiócesis de Rabaul; un seminario regional en la diócesis de Mount Hagen, para el “año filosófico y espiritual”; un seminario regional (con 54 seminaristas) en la diócesis de Madang para la formación propedéutica; un seminario interoceánico (53 seminaristas) en la archidiócesis de Port Moresby, donde se estudia filosofía y teología para todas las diócesis de PNG; y un seminario interoceánico (con 42 seminaristas) en la archidiócesis de Honiara para todas las diócesis de las Islas Salomón.
El rector ilustra la estructura renovada del proceso de formación introducida hace unos años: “Después de dos años de preparación, se continúa en PNG con un año espiritual, dos años de estudios filosóficos, un año pastoral y cuatro años de estudios teológicos. Después de estos diez años, los seminaristas regresan a sus diócesis y, tras un año de experiencia pastoral, reciben la ordenación diaconal. Luego, al cabo de un año más o menos, la ordenación sacerdotal”.
Esto demuestra que el proceso de formación es más largo que en otras partes del mundo. “Uno de los factores - explica el padre Tendej -, es el bajo nivel de la educación primaria y secundaria en el país, debido a la falta de profesores bien preparados. Cuando Papúa Nueva Guinea se convirtió en un país independiente en 1975, la educación también se nacionalizó, pero sin un número suficiente de profesores formados. El número de escuelas privadas -en su mayoría católicas- sigue disminuyendo y estas escuelas son demasiado caras para la mayoría de los ciudadanos”.
“La mayoría de los seminaristas -continúa- proceden de zonas rurales donde la fe fue llevada por los misioneros. Muchos de ellos proceden de familias implicadas en las actividades de la Iglesia como catequistas u otros colaboradores laicos. Tienen buenas raíces de fe católica, y necesitan profundizarlas con la formación del seminario”.
Otro reto en la formación cultural es el idioma: “Todos los seminaristas utilizan la lengua de la tribu (tok ples) como lengua materna, y luego hablan el inglés pidgin, una lengua nacida en la época de la colonización. Es una lengua muy simple y, cuando se utiliza en la vida cotidiana, se convierte incluso en un obstáculo para el pensamiento y la comunicación más profundos debido a una gama léxica muy reducida. El inglés es la tercera lengua de nuestros alumnos, y tenemos que insistir en que lo utilicen sólo para estudiar y no para las conversaciones cotidianas”.
El P. Jacek señala: “A pesar de los retos mencionados, considero muy gratificantes mis ocho años de servicio como Rector Misionero en el Seminario del Espíritu Santo de Bomana. Los seminaristas aprecian la disciplina, la relación estrecha con ellos y también que estemos con ellos durante sus actividades como la oración, las celebraciones, el trabajo, los deportes y las comidas. También expresan su gratitud por todo el mantenimiento, la renovación y el embellecimiento del recinto, el nuevo equipamiento y los edificios del seminario”.
El Rector informa también sobre el impacto de la pandemia: “Desde el comienzo de la pandemia, nuestros seminaristas han manejado bien las cosas. No hay pánico, sino un enfoque positivo que fomenta las actividades físicas y una mayor higiene en la vida diaria. El año pasado introdujimos el aprendizaje a distancia en nuestro instituto teológico, y luego tuvimos la oportunidad de profundizar en nuestras relaciones y pasar más tiempo juntos. Este año, tras detectar un número creciente de contagios por el virus en el país, volvemos a tener aislamiento y educación a distancia, lo que supone un nuevo reto educativo para todos nosotros. El segundo año de restricciones debido a las pandemias, hasta ahora no ha paralizado el programa de formación de nuestros seminaristas. Rezamos y esperamos que podamos continuar esta maravillosa labor de formación del clero para la joven Iglesia de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón”.
(PA-GL) (Agencia Fides 24/4/2021)
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