(zenit – 21 dic. 2020).- Representantes de la Iglesia de Santiago de Chile, el Instituto Católico Chileno de Migración (Incami) y la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración (Red Clamor) participaron la mañana del viernes 18 de diciembre de una ceremonia de conmemoración al Día del Migrante.
Según ha informado la Conferencia Episcopal de Chile, tras conocer que el Gobierno despachara la Ley de Migraciones y Extranjería tras ocho años de tramitación en el Congreso, el acto ha servido como respuesta de “esperanza” para las entidades que “trabajan por la integración de los migrantes” en el país.
De este modo, la celebración ha sido un llamamiento a “garantizar los derechos básicos y la dignidad de las personas que experimentan procesos de movilidad humana y estacando la oportunidad que se abre en esta materia con la nueva ley”.
Acciones inclusivas
Siguiendo esta línea, la intervención del asesor jurídico de Incami, Delio Cubides, señaló que “las personas vienen huyendo de situaciones de violencia, no son sólo migrantes económicos, son seres humanos que huyen de situaciones de donde su vida se ve amenazada”, y exhortó a que la Ley garantizara “el principio de reunión de estas familias”.
Como respaldo a esta tesis, el padre Lauro Bocchi, vicepresidente ejecutivo de la organización eclesial, ratificó su compromiso con la sociedad en este sentido, dio gracias al “núcleo humanitario que se forjó” durante la pandemia para ayudar y explicó que las estructuras eclesiales que trabajan con migrantes lo hacen diariamente con “todo lo que una persona necesita para empezar su vida y su plan familiar”.
Responsabilidad estatal
Siguiendo la misma línea, el secretario ejecutivo de la Vicaría de Pastoral Social Cáritas, Luis Berrios, hizo énfasis en la labor realizada por la Red Clamor, para él responsable de un trabajo que corresponde al Estado: “estamos orgullosos de haberlo hecho, porque hemos ayudado a que cientos de miles de personas no pongan en riesgo su seguridad alimentaria, tengan un techo donde vivir, tengan orientación y contención porque migrar a otro país y encontrarte con una pandemia supone una carga emocional muy fuerte”.
“Independiente de la situación migratoria”, continúa, “todos tenemos el derecho de gozar con ciertas condiciones mínimas de supervivencia y de integración necesarias, por el solo hecho de ser personas”.
“Queremos redoblar nuestro compromiso de acompañar a estas personas, seguir acompañándolos y renovar nuestro compromiso para incidir en las políticas públicas que respeten la vida de los migrantes por el solo hecho de ser personas”, concluye.
Publicar un comentario