(zenit – 27 dic. 2020).-A las 12 del mediodía de hoy, 27 dic. 2020, el Santo Padre Francisco dirige la oración del rezo del Ángelus de la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano.
En esta fiesta de la familia el Papa nos invita a contemplar “a la Sagrada Familia de Jesús, María y José”. “Entre las paredes acogedoras de la casa de Nazaret se desarrolló en un ambiente de alegría la infancia de Jesús, rodeado de la solicitud maternal de María y los cuidados de José, en el que Jesús pudo ver la ternura de Dios (cf. Carta apost. Patris corde, 2)“ añadió.
“la fiesta de hoy nos presenta el ideal del amor conyugal y familiar, tal y como quedó subrayado en la Exhortación apostólica Amoris laetitia, cuyo quinto aniversario de promulgación tendrá lugar el próximo 19 de marzo. Para continuar el camino sinodal que condujo a su publicación, he decidido convocar un Año especial dedicado a la Familia Amoris Laetitia, que será inaugurado en la próxima Solemnidad de San José y finalizará con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias programado aquí en Roma en junio de 2022.”
Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana:
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Palabras antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Pocos días después de la Navidad, la liturgia nos invita a contemplar a la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Es hermoso pensar en el hecho de que el Hijo de Dios ha querido tener, como todos los niños, la necesidad del calor de una familia. Precisamente por esto, la de Nazaret es la familia-modelo, en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración. En Nazaret brotó la primavera de la vida humana del Hijo de Dios, en el instante en que fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María. Entre las paredes acogedoras de la casa de Nazaret se desarrolló en un ambiente de alegría la infancia de Jesús, rodeado de la solicitud maternal de María y los cuidados de José, en el que Jesús pudo ver la ternura de Dios (cf. Carta apost. Patris corde, 2).
A imitación de la Sagrada Familia, estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza. En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean profundos y puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios. De esta manera, la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría. Al mismo tiempo, halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos; evangelizadora con el ejemplo de vida.
A esta urgencia nos invita precisamente la fiesta de hoy volviéndonos a presentar el ideal del amor conyugal y familiar, tal y como quedó subrayado en la Exhortación apostólica Amoris laetitia, cuyo quinto aniversario de promulgación tendrá lugar el próximo 19 de marzo. Para continuar el camino sinodal que condujo a su publicación, he decidido convocar un Año especial dedicado a la Familia Amoris Laetitia, que será inaugurado en la próxima Solemnidad de San José y finalizará con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias programado aquí en Roma en junio de 2022.
Este Año especial será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento Amoris laetitia, a través de propuestas e instrumentos pastorales, que se pondrán a disposición de las comunidades y familias eclesiales, para acompañarlos en su camino. A partir de ahora invito a todos a sumarse a las iniciativas que se impulsarán durante el año y que serán coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Encomendamos este camino con familias de todo el mundo a la Sagrada Familia de Nazaret, en particular a San José, esposo y padre solícito.
Que la Virgen María, a la que ahora nos dirigimos con la oración del Ángelus, obtenga a las familias de todo el mundo sentirse cada vez más fascinadas por el ideal evangélico de la Sagrada Familia, de modo que se conviertan en levadura de nueva humanidad y de una solidaridad concreta y universal.
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