(ZENIT Noticias / Roma, 30.11.2021).- La Comisión Europea retiró el “Manual para una Comunicación Correcta” que, a pocas semanas de la Navidad, había publicado y distribuido internamente y en el que de hecho se vetaban, a nombre de una institución oficial europea, las referencias a algunos símbolos y/o expresiones cristianas en el contexto navideño.
Entre otros detalles, se pedía no aludir con palabras explícitas a la Navidad e incluso evitar nombres como el de la Virgen María o San Juan. Todo en nombre de la inclusión y para no ofender los sentimientos de quienes no son cristianos.
Con relación a este Manual y las directrices en él recogidas, el Secretario de Estado de la Santa Sede dijo a Vatican News este 30 de noviembre: “Creo que la preocupación por borrar toda discriminación es correcta. Se trata de un camino del que cada vez somos más conscientes y que, naturalmente, también debe traducirse en la práctica. Pero, en mi opinión, esta no es la manera de lograr este objetivo. Porque al final se corre el riesgo de destruir, aniquilar a la persona, en dos direcciones principales. La primera es la diferenciación que caracteriza a nuestro mundo, la tendencia, por desgracia, es la de estandarizarlo todo, sin saber respetar ni siquiera las legítimas diferencias, que naturalmente no deben convertirse en oposición ni en fuente de discriminación, sino que deben integrarse precisamente para construir una humanidad plena e integral. La segunda es olvidar lo que es una realidad. Y quien va en contra de la realidad se pone en grave peligro. Y luego está la anulación de nuestras raíces, especialmente en lo que respecta a las fiestas cristianas, la dimensión cristiana de nuestra Europa también. Por supuesto, sabemos que Europa debe su existencia y su identidad a muchas contribuciones, pero ciertamente no podemos olvidar que una de las principales contribuciones, si no la principal, fue el propio cristianismo. Por lo tanto, destruir la diferencia y destruir las raíces significa precisamente destruir a la persona”.
La polémica derivó en la retirada del Manual, un Manual, por cierto, que incorporaba muchas prohibiciones o sugerencias en la línea de lo políticamente correcto: por ejemplo se pedía evitar el “señorita” o “señora” o el uso de pronombres vinculados al género del sujeto: “mantenga un equilibrio de género en la organización de cada panel; si utiliza contenidos audiovisuales o testimonios, asegúrese de que la diversidad está representada en todos sus aspectos; no se dirija al público con las palabras «señoras» o «caballero», sino que utilice un genérico «queridos colegas»; al hablar de transexuales, identifícalos según su indicación; no utilices la palabra «las personas mayores» sino «las personas mayores», por ejemplo.
Es en la parte de directrices para una comunicación “correcta” sobre religiones donde se aconseja “no utilizar nombres propios típicos de una religión específica». Y sobre las fiestas como la Navidad, se pide «evitar dar por sentado que todo el mundo es cristiano», de ahí que se deba evitar decir “Navidad” y usar otras expresiones.
Al retirar el polémico Manual, la comisaria para la igualdad, Helena Dalli, dijo que “estamos examinando estas preocupaciones a fin de afrontarlas en una versión actualizada (del Manual)”. Y añadió: “No es un documento maduro y no cumple nuestras normas de calidad. Así que lo retiro y seguiremos trabajando en este documento”.
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