(ZENIT Noticias / Roma, 15.11.2021).- El cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve, y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha recibido la confirmación de la visita del Papa Francisco a Florencia el 27 de febrero de 2022 con motivo del Encuentro de Obispos y Alcaldes del Mediterráneo.
La visita, según se ha informado al cardenal, seguirá este programa: el Papa aterrizará en el estadio de atletismo «Luigi Ridolfi» a las 8 de la mañana, con carácter privado. A las 8.30 horas, en el Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio, se reunirá con los obispos y los alcaldes: aquí pronunciará su discurso y después, en la Sala Leone X, saludará a algunos alcaldes. A las 9.30 horas, en la Sala D’Arme, se reunirá con las familias de los refugiados y desplazados, y a continuación, a las 10.30 horas, celebrará la Santa Misa en la Basílica de la Santa Cruz. Al final, en el parvis de la Basílica, en la plaza Santa Croce, el Papa rezará la oración del Ángelus, antes de partir hacia el Vaticano.
«Expreso mi profunda gratitud al Papa Francisco -comenta el cardenal presidente- por este gesto de atención hacia la iniciativa que involucra a las comunidades eclesiales y civiles del Mediterráneo. Al igual que en el anterior encuentro, que tuvo lugar en Bari en 2020, el Papa no sólo bendice la iniciativa, sino que pone su sello en ella, asegurando su participación en la jornada final. El encuentro de Florencia será una oportunidad para seguir reflexionando sobre los compromisos que el Santo Padre nos dio en Bari: «Reconstruir los lazos que se han roto, levantar las ciudades destruidas por la violencia, hacer florecer un jardín donde hoy hay campos resecos, infundir la esperanza a los que la han perdido y exhortar a los que están encerrados en sí mismos a no temer al hermano». Y mirar esto, que ya se ha convertido en un cementerio, como un lugar de futura resurrección para toda la zona». Los retos que estamos llamados a afrontar son un estímulo para superar las barreras que marcan el Mediterráneo e intensificar el encuentro y la comunión entre las Iglesias hermanas. Sólo tejiendo relaciones fraternas es posible promover el proceso de integración. Volvamos a empezar desde Florencia para hacer de las orillas del Mediterráneo un símbolo de unidad y no una frontera».
Con información de la Conferencia Episcopal Italiana.
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