Buenos Aires (Agencia Fides) – Los obispos de Argentina han lanzado un llamamiento a “unir nuestras oraciones y nuestras voces” por las víctimas de la trata y tráfico de personas, un crimen que se ve agravado por la pandemia, con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las víctimas de la trata y tráfico de personas, que se celebra el 8 de febrero, Fiesta de Santa Bakhita. El mensaje de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes (CEMI) de la Conferencia Episcopal Argentina, invita a rezar y luchar “por una sociedad sin esclavos ni excluidos en la que se reconozca y se respete la dignidad y la libertad de todos y de cada uno”.
“El vergonzoso e intolerable crimen de la trata de personas daña seriamente la vida de muchísima gente – subraya el comunicado recibido en la Agencia Fides -. Este tiempo de aislamiento por la pandemia, agudiza este delito y lo hace más visible e insostenible en tantos rostros de hermanos que cada día vemos sufrir y padecer al lado nuestro. Hay miles de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones de verdadera y penosa esclavitud”.
Lis obispos también citan el drama de migrantes que se ven obligados a vivir en la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos, económicos: “muchos de ellos son los más vulnerables ya que, con el fin de poder ganarse un pedazo de pan, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles, habiendo caído en manos de redes criminales y corruptas que trafican con los seres humanos”.
El comunicado reconoce el “gran trabajo silencioso” realizado desde hace mucho tiempo por muchas personas, congregaciones religiosas, organizaciones eclesiales y civiles, y tantos voluntarios “que realizan un generoso servicio de ayuda a las víctimas y a los más pobres. Asistencia, rehabilitación, reinserción, promoción, acompañamiento, son las respuestas evangélicas en favor de estos excluidos”.
Todo este incansable y silencioso trabajo, por sí solo no es suficiente para poner fin al flagelo de la explotación de la persona humana, por ello los obispos señalan la necesidad de un gran compromiso a nivel institucional: “el Estado debe cuidar y proteger la vida, debe eliminar toda forma de servidumbre o trata y explotación de personas, que no deje espacio a la corrupción y a la impunidad”.
En la conclusión los obispos recuerdan que “este tiempo de pandemia es tiempo de mirar con los ojos de la Virgen. Una mujer de esperanza” además de invitar a pedirle a Ella “que nos enseñe a ser artífices de solidaridad, de fraternidad y de amistad social. Que sepamos dar respuestas generosas y adecuadas, y ayudemos a reanudar con ánimo el camino que nos lleve a construir una sociedad sin esclavos ni excluidos”.
(SL) (Agencia Fides 05/02/2021)
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