(zenit – 3 dic. 2020).- El pasado 30 de noviembre de 2020 la Iglesia de Colombia participó en un foro en el Senado de la República para defender el Proyecto de Ley que busca que los no nacidos sean personas, informa una nota de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Este evento se ha producido tras la discusión en primer debate del Proyecto de Ley No. 140 de 2020 por medio de la cual se modifican los artículos 90 y 93 de la Ley 84 de 1873, del Código Civil colombiano. Este tiene por objeto que la Ley reconozca que la existencia legal de una persona comienza desde la concepción y que, desde ese momento, el derecho a la vida debe ser respetado, garantizado y protegido de forma incondicional en todas las etapas de desarrollo.
Se trata de un foro público donde participaron más de 60 personas, entre académicos, médicos, Iglesia y en general la ciudadanía, donde expresaron su punto de vista al respecto de este tema.
Palabras de Mons. Córdoba Villota
Por parte de la Iglesia Católica, de acuerdo a la nota de la CEC, intervino monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, presidente de la Comisión de Promoción y Defensa de la Vida del Episcopado colombiano. El prelado aseguró que el “aborto es un mal, es un antivalor”.
También remarcó que es responsabilidad del Estado no solo impedir el aborto, sino brindar las condiciones que garanticen el derecho a la vida desde su fecundación.
“La responsabilidad del Estado no consiste sólo en impedir el aborto o en evitar legislaciones abortivas. Mediante sus estructuras legislativas y sociales, él debe garantizar la creación y promoción de las condiciones de la viabilidad de la vida con dimensiones verdaderamente humanas que garanticen el derecho a la vida desde la fecundación, pues ya es un ser humano”, expuso.
Asimismo, indicó que la procreación en una pareja, es un acto biológico y espiritual, siendo Dios quien da el ser y la vida como un don y tarea, por tanto, agregó “el ser humano es responsable, autónomo y feliz, si respeta su vida y la de los demás, como valor en sí mismo (…) esto es lo que hace que la vida de la persona, sea diferente, original y diversa, a la de las demás creaturas vivientes”.
El obispo colombiano defendió que los hijos son “un regalo de Dios”, los seres humanos procrean y participan en la aparición de una nueva vida, por tanto, observó que el embrión es una vida humana, “nunca de animal, ni amorfo o incompleto”.
Por ello, pidió que sea respetado y protegido en toda su plenitud humana “con mayor razón por ser el más pequeño e indefenso de los seres humanos”.
Ser custodios de la propia vida
Por último, Mons. Córdoba Villota enumeró algunos aspectos donde se evidencian el por qué el ser humano, desde un sentido cristiano, ha de ser custodio de su propia vida y la de los demás:
- El primer derecho de una persona humana es el derecho a vivir, por eso debe ser protegido más que a ningún otro.
- Bajo ningún pretexto, puede utilizarse el aborto, ni por parte de la familia, ni por parte de la autoridad pública, como medio legítimo para regular los nacimientos (Cfr. Concilio Vaticano II).
- “Cualquiera que sea la ley civil, debe quedar bien claro que el hombre no puede jamás obedecer a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera el principio de la licitud del aborto” (AP 22).
- “La vocación del médico, que no es la de suprimir la vida, sino la de conservarla y favorecerla al máximo” (AP 26).
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