(zenit – 18 nov. 2020)-. Hoy la Iglesia celebra la dedicación de las basílicas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, templos ubicados en la ciudad de Roma, en los que reposan los restos de estos dos Apóstoles, símbolos de la unidad de la Iglesia.
A continuación, el sacerdote D. Manuel González López de Lemus, explica qué es dedicar una iglesia, qué son las basílicas y el significado de los dos mencionados templos.
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Para explicar lo que significa esta celebración en el calendario litúrgico de la iglesia es necesario entender que es una dedicación de una iglesia, que son las basílicas y que significación e importancia tienen las de San Pedro y San Pablo.
La dedicación de una iglesia es el modo en que ese edificio de consagra a Dios, es decir: deja de ser un lugar normal y corriente para transformarse en algo sagrado, es decir para dar culto y gloria a Dios. Sobre todo, con la celebración de la Santa Misa. La dedicación de una iglesia se hace con una ceremonia especial por la cual todo lo que hay en esa iglesia queda bendecido: Fuente bautismal, Vía Crucis, imágenes, cruces campanas, objetos litúrgicos, etc.
Al dedicar una iglesia debe tener un titular eso significa que se pone bajo la protección de la Santísima Trinidad o de una de las Personas: Padre Hijo o Espíritu Santo; la Bienaventurada Virgen María en cual quiera de sus advocaciones y de los ángeles y santos del cielo. Es un modo de pedir la protección divina directamente, por la Santísima Trinidad o a través de la Santísima Virgen María o los ángeles o a los santos y beatos.
El ministro de esta celebración de dedicar un templo es el obispo titular de la diócesis, aunque puede delegar en otro obispo o en sacerdote. La ceremonia está centrada en el altar, que antes de la celebración se deja totalmente desnudo. Lo más significativo de la ceremonia es la unción que se hace con aceite de crisma, que se vierte en el centro y en los cuatro ángulos de la mesa del altar.
Después unge los muros de la iglesia con 4 o 12 cruces distribuidas en la nave de la iglesia. A continuación, se coloca sobre el altar un brasero con brasas donde el obispo pone el incienso, a continuación, se inciensa el altar, después, como en la liturgia de la vigilia Pascual se ponen los manteles, las flores, los cirios y la cruz. El obispo con una vela encendida en la mano dice: “La Luz de Cristo”. Esto son los momentos más importantes de esta ceremonia.
¿Qué es una basílica?
Una vez que hemos explicado lo que significa la dedicación de una iglesia, que es el momento en que dejó de ser lo que era para consagrarse al culto de Dios, ahora hemos de intentar conocer que es una basílica. En una la época antigua en Grecia y en Roma eran edificios muy grandes que se construían para dedicar a las leyes o también eran lugares donde el emperador se hacía presente para que el pueblo lo pudiera ver y aclamar.
La Iglesia adoptó ese nombre para los más grades edificios o iglesias de Roma, que se construyen después del Edicto de Milán, del año 313, cuando se deja de perseguir a la Iglesia y los cristianos tienen necesidad de templos grandes que alberguen a todos los fieles que quisieran asistir a las ceremonias sagradas.
4 basílicas en Roma
En Roma se da este nombre a 4 templos que son los más grandes de la cuidad que se denominan Basílicas mayores: San Juan Laterano que es la catedral del Papa y que fue donde los Papas vivieron durante muchos años; la tumba de S. Pedro en el Vaticano; la tumba de S. Pablo extramuros; y la Basílica de Santa María la Mayor. Estas son las únicas Basílicas mayores del mundo. Pero con el tiempo, muchas iglesias grandes y relevantes quisieron estar ligadas a la catedral del Papa, para recibir privilegios y bendiciones especiales.
Así el Papa permite que algunas iglesias importantes donde hay culto a santos con mucha devoción y se constatan milagros, donde haya reliquias importantes… entonces se le puede conceder el título de basílica menor. Por eso vemos que algunos templos de particular importancia se les llama basílica menor y se añade el nombre del titular al cual está dedicada.
Hace tan sólo unos días hemos celebrado la dedicación de la basílica mayor de San Juan Laterano el pasado 9 de noviembre y la basílica mayor de Santa María se celebra su dedicación el día 5 de agosto, día de la fiesta de la Virgen de las Nieves.
Basílicas de San Pedro y San Pablo
Las basílicas mayores de San Pedro y San Pablo tienen la particularidad de ser los lugares de enterramiento de esos grandes Apóstoles. San Pedro fue crucificado boca abajo y allí mismo fue sepultado en la colina del Vaticano.
La celebración litúrgica es en ese día porque se celebró la dedicación por el Papa Urbano VIII, el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la dedicación de la basílica antigua. La basílica de S. Pablo, al otro lado de Roma y que lleva el sobrenombre de extramuros, por estar fuera de la muralla de la primitiva ciudad en un lugar llamado las tres fuentes, ya que allí le fue donde San Pablo murió decapitado.
La tradición cuenta que las tres fuentes se deben que, al cortarle la cabeza a San Pablo, dio tres golpes y allí surgieron milagrosamente tres fuentes de agua. La basílica original se incendió en 1823 y los católicos de todo el mundo contribuyeron a construir una nueva que consagró el Papa Pio IX en 1854. EN los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro, muy antiguo, anterior al siglo IV, con esta inscripción: A S. Pablo, Apóstol y Mártir.
Esta celebración de los dos Apóstoles Pedro y Pablo vemos como la Iglesia celebra a dos mártires que derramaron su sangre en una misma persecución y unidos en el mismo amor ardiente y sincero a nuestro Señor Jesucristo, roca firme en la que se edifica toda la Iglesia.
Ejemplo de los Apóstoles
Por eso se unen estas dos basílicas para recordarnos el heroísmo de estos dos Apóstoles que nos dan ejemplo de fidelidad, hasta el derramamiento de sangre, de fraternidad, son dos Apóstoles unidos en un mismo amor a Jesucristo y modelo de unidad para nosotros en Jesús que nos mandó que nos amáramos unos a otros como Él nos amó. En esto todos conocerán que somos sus discípulos.
Bonito modo de ayudarnos a ser mejores testigos de la fe. Eso es lo que significa la palabra mártir, testigo. Que Dios nos ayude a ser tan fieles, tan buenos hermanos y a estar tan unidos a Jesucristo como Pedro y Pablo.
D. Manuel González López de Lemus, sacerdote,
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