(zenit – 29 nov. 2020).- A continuación ofrecemos la entrevista a fray Carlo María Laborde, guardián del convento de San Giovanni Rotondo, realizada por José María Zavala, director de cine, escritor y periodista, en exclusiva para zenit.
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Aislado del mundanal ruido, ahora también debido a la pandemia, Fray Carlo María Laborde clama desde la soledad de su celda para que nos unamos a Cristo en estos tiempos difíciles, siguiendo el ejemplo del santo de los estigmas.
Conocí a Fray Carlo hace ya más de diez años, cuando fui a componer mi libro sobre el Padre Pío, en mayo de 2010. Él era entonces superior del convento de San Giovanni Rotondo y ahora es su guardián.
Jose María Zavala: ¿Cómo viven estos tiempos tan duros de pandemia en el antiguo convento del Padre Pío?
Fray Carlo María Laborde: El coronavirus, que en la primera fase no nos afectó, en esta segunda oleada nos ha embestido de lleno. Varios hermanos de la Fraternidad de Capuchinos de San Giovanni Rotondo hemos dado positivo en los análisis preceptivos.
De inmediato, nuestro arzobispo monseñor Franco Moscone decidió reducir al mínimo las actividades en el Santuario, clausurando el recorrido de los peregrinos por los lugares donde vivió el Padre Pío, incluida la cripta donde se conservan sus restos mortales.
Ahora sólo se celebran tres misas diarias entre semana en la iglesia de Santa María de las Gracias, sin participación de los fieles, y sólo dos misas los domingos con asistencia del pueblo de Dios.
Los frailes afectados por el Covid-19 permanecemos aislados, cada uno en su propia celda, sin contacto personal entre nosotros para evitar la expansión del virus.
Jose María Zavala: ¿Cómo se encuentra tras dar positivo?
Fray Carlo María Laborde: He sido asintomático desde el principio. De modo que, aparte del aislamiento forzado, no he tenido mayores problemas. Estos días de aislamiento me permiten, eso sí, dedicar más tiempo a la oración y a la celebración de la Eucaristía. En cierto sentido, experimento una dolorosa experiencia que, asumida en unión con la Pasión de Cristo, me hace formar parte de su gran plan de redención de los hombres.
Jose María Zavala: ¿A imagen y semejanza también del Padre Pío?
Fray Carlo María Laborde: En estas circunstancias tan dolorosas, el Padre Pío nos enseña a aceptar el sufrimiento con fe y esperanza sabiendo, como afirma el Apóstol San Pablo, que “todo conduce al bien de los que aman a Dios”. El Padre Pío solía decir que no podía ver a un hermano sufrir sin que él también lo hiciese junto a él. De modo que el Padre Pío nos asegura ahora también desde el Cielo su intercesión ante el Señor para que tengamos la fuerza de sobrellevar esta prueba y salir de ella con renovada fe y esperanza.
Jose María Zavala: ¿El sufrimiento cobra entonces sentido?
Fray Carlo María Laborde: El Padre Pío vivió siempre unido a la Pasión de Cristo, esforzándose por parecerse lo más posible a Jesús Crucificado. Este es el sentido más profundo de los estigmas que marcaron sus carnes durante cincuenta años, convirtiéndole en la imagen perfecta de Cristo Crucificado.
El Padre Pío nos enseña ante todo a aceptar el dolor como participación en los sufrimientos de Jesucristo, con espíritu de oración y amor a los hermanos, para convertirnos en esos buenos cireneos que luchan por ayudar a quienes sufren y viven en soledad y abandono. El hospital que él quiso construir para los pobres y enfermos, Casa Alivio del Sufrimiento, es el testimonio más fehaciente de ese amor que debe brotar del corazón de todo cristiano enamorado de Dios.
Jose María Zavala: ¿Qué les diría a quienes no conocen todavía al Padre Pío?
Fray Carlo María Laborde: En estos tiempos de cuarentena en los que debemos permanecer jornadas enteras en casa, aconsejo a quien aún no conozca al Padre Pío que lea alguna biografía suya para saber su experiencia de vida, espiritualidad y grado de santidad que nos alienta en la entrega y fidelidad a Cristo. Su espíritu de oración también nos empuja a cultivar la esperanza, abandonándonos en manos de Dios Padre, que nos ama infinitamente.
El Padre Pío nos enseña también a leer los signos de los tiempos y a comprender que esta experiencia dolorosa del coronavirus constituye una gran oportunidad de conversión para corregir nuestras vidas y adecuarlas a la Ley de Dios y el espíritu del Evangelio.
Jose María Zavala: ¿Por qué es tan importante frecuentar hoy los sacramentos?
Fray Carlo María Laborde: Muchos bautizados que se han alejado de la Iglesia inducidos por los medios de comunicación y acusan a la Iglesia que muestra sus pecados (esas arrugas que afean su rostro de Esposa de Cristo) deben comprender que la Iglesia también es santa, porque es el Cuerpo Místico de Cristo, posee su Palabra y los sacramentos como signos eficaces de nuestra salvación.
Necesitamos los sacramentos. Que este tiempo complicado nos ayude a buscar la salvación en Cristo, único Redentor de la humanidad, ayer, hoy y siempre. Él nos salva a través de su Iglesia santa, católica y apostólica. El Padre Pío nos enseña a amar a la Iglesia y a buscar en ella y en los sacramentos, la gracia y la fuerza que nos permite sobrellevar las pruebas de la vida y santificar toda nuestra existencia.
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