La Eucaristía se llevará a cabo en el interior de la Basílica de San Pedro el 15 de noviembre y las lecturas serán proclamadas por personas pobres.
Sin embargo, a esta Misa podrán participar simbólicamente solamente 100 invitados debido a las restricciones sanitarias causadas por el COVID-19.
Según indicó este 12 de noviembre el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, las 100 personas que estarán simbólicamente presentes en la Basílica de San Pedro representan “a todos los pobres del mundo que, en este día, necesitan especialmente la atención y la solidaridad de la comunidad cristiana” y junto a ellos estarán presentes algunos voluntarios y benefactores.
Además, Mons. Rino Fisichella describió que “los tradicionales signos realizados en los años anteriores han sido suspendidos para cumplir con la normativa vigente, me refiero en particular al ambulatorio médico en la Plaza de San Pedro y al almuerzo con 1500 pobres junto al Papa en el Aula Pablo VI”.
Sin embargo, la autoridad vaticana destacó que la pandemia “no impidió que se realizaran signos concretos para esta Jornada” ya que continúa la asistencia sanitaria y se realizará el envío de alimentos a 5.000 familias necesitadas.
La clínica móvil localizada abajo de la columnata de San Pedro, organizada por la Limosnería Apostólica, realiza análisis médicos “a los pobres que deben tener acceso a los dormitorios o a los que quieren volver a su patria”. El horario de apertura de esta clínica móvil gratuita es de 8:00 a.m. a 2:00 p.m. y en las últimas dos semanas, ha realizado 50 pruebas al día.
Del mismo modo, Mons. Fisichella señaló la generosidad de algunos benefactores que ha permitido realizar “algunos signos muy simples pero que expresan la cercanía y la atención del Papa Francisco en esta coyuntura”.
En primer lugar, el Dicasterio vaticano ha organizado el envío de 5.000 cajas con alimentos de primera necesidad a las familias de 70 parroquias de Roma “que, especialmente en este período, se encuentran en dificultades” y describió que cada paquete contiene pasta, arroz, puré de tomate, aceite, sal, harina, café, azúcar, mermelada, atún, galletas, chocolate, además de mascarillas quirúrgicas y una tarjeta con una oración del Papa Francisco.
También, se repartirán 2.5 toneladas de pasta a las diversas casas hogares y asociaciones caritativas que trabajan en favor de los numerosos pobres presentes en la ciudad y que son asistidos por tantas realidades eclesiales.
Asimismo, han enviado 350.000 mascarillas quirúrgicas para 15.000 estudiantes de la periferia de Roma para apoyar en ese gasto a las familias y “al mismo tiempo, quiere ser una invitación a los jóvenes estudiantes para que no subestimen los riesgos de la pandemia sobre todo con comportamientos que podrían perjudicar a las personas ancianas una vez que regresen a la familia”.
Por último, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización destacó que la Jornada Mundial de los Pobres “aunque limitada en las iniciativas, sigue siendo una cita a la que las diócesis del mundo miran para mantener vivo el sentido de atención y fraternidad hacia las personas más marginadas y desfavorecidas”.
Por ello, Mons. Fisichella recordó el subsidio pastoral que se preparó para ayudar a las parroquias y a las diferentes realidades eclesiales del mundo porque es “un instrumento eficaz para que la Jornada no se limite solo a las iniciativas caritativas, sino que éstas sean sostenidas por la oración personal y comunitaria que nunca puede faltar para que el testimonio sea pleno y eficaz”.
El subsidio está disponible en seis idiomas: italiano, español, francés, inglés, portugués y polaco. Para descargar el texto en español, haga click aquí.
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