(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 23 Ago. 2017).- El santo padre Francisco realizó este miércoles en el Vaticano una nueva audiencia, en la que prosiguió con las catequesis sobre la esperanza cristiana, recordando que esta debe llevar al cristiano a ser ‘más de primavera que de otoño’, a pesar de las noticias malas que llegan, como desde Barcelona con los atentados o desde el Congo con la guerra civil.
El Papa entró en el Aula Pablo VI donde las aproximadamente seis mil personas que le esperaban le recibieron con gran entusiasmo. El Pontífice dedicó más de quince minutos para saludar a las personas, bendecir a los ancianos y niños que se encontraban allí.
“En la catequesis de hoy hemos considerado cómo la esperanza cristiana está abierta a la novedad más grande, porque está abierta a Dios que sabe crear siempre cosas nuevas y sorprendentes en nuestra vida y en la historia”, dijo el Papa en español, durante el resumen de las catequesis que se realizan en los diversos idiomas.
“La Biblia nos muestra -precisó el sucesor de Pedro- que el camino del creyente tiene una meta y un sentido. Es la Jerusalén del Cielo, donde Dios nos espera lleno de ternura para enjugar nuestras lágrimas y darnos descanso en nuestras luchas y fatigas”.
Y señalando “tanto sufrimiento en el mundo, a tantos niños que sufren por la guerra, al llanto de las madres, a los sueños rotos de tantos jóvenes, a las penurias de tantos refugiados”, el Papa aseveró que “la esperanza cristiana nos asegura que tenemos un Padre que llora y se apiada de sus hijos, que nos espera para consolarnos, porque conoce nuestros sufrimientos y ha preparado para nosotros un futuro distinto”.
En esta audiencia el Pontífice señaló que “la esperanza nos lleva a creer con firmeza que la muerte y el odio no tienen la última palabra sobre la vida humana. Que el mal al final será eliminado como la cizaña del campo. Y, sobre todo, nos da a Jesucristo que nos acompaña y consuela en nuestro camino”.
El Papa concluyó el resumen en español de esta audiencia semanal, saludando cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina.
“Por intercesión de santa Rosa de Lima, cuya fiesta celebramos hoy, pidamos a la Virgen María que aun en medio de las dificultades y oscuridades de la vida mantengamos encendida la luz de la esperanza, la certeza de que Dios es nuestro Padre y nunca nos abandona”.
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