(zenit – 19 nov. 2020).- Al recibir el birrete del cardenal el próximo 28 de noviembre de 2020, el padre Raniero Cantalamessa seguirá siendo sacerdote. De hecho, el presbítero franciscano ha pedido al Papa Francisco una dispensa para no ser consagrado obispo, como se hace tradicionalmente. según ha declarado en una entrevista con el semanario diocesano Chiesa di Rieti.
El capuchino de 86 años, predicador de la Casa Pontificia, que predica al Papa y a la Curia Romana durante el Adviento, la Cuaresma y el Viernes Santo, continuará su ministerio: “El Santo Padre me ha informado que quiere que mi misión continúe…y ya he comenzado a trabajar en la predicación de Adviento que se celebrará este año en el Aula Pablo VI, para permitir el distanciamiento que requiere la epidemia”.
El cardenal designado vive ahora en Cittaducale, donde acompaña a una comunidad de clarisas capuchinas ermitañas: “Las conocí cuando aún estaban en su monasterio original”, dice, “y seguí todo su itinerario espiritual y jurídico. Cuando llegué a Cittaducale, tenía en mi corazón el deseo de poder vivir la vida de un ermitaño tan amado por mi Padre San Francisco y, con el acuerdo de mi ministro general, me trasladé allí para pasar los momentos en los que no estaba en viaje de predicación, compartiendo con ellos la soledad y la oración”.
Confesó su sorpresa ante el anuncio del Santo Padre: “Recibí la noticia como todos los demás, escuchando en vivo el Ángelus del Papa el domingo 25 de octubre. ¡Si no hubiera tenido un nombre tan especial en ese momento habría pensado que era otra persona”.
Y ha añadido: “He pedido al Papa una dispensa de la ordenación episcopal. El trabajo del obispo es ser pastor y pescador. A mi edad, poco podía hacer como “pastor”; en cambio, lo que podía hacer como “pescador” lo puedo seguir haciendo anunciando la palabra de Dios. También tengo el deseo de morir en mi hábito franciscano”.
El monje ha recordado que no es el primer predicador de la Casa Pontificia en ser creado cardenal. Antes que él, el padre Anselmo Marzati di Monopoli fue creado cardenal por Clemente VIII en 1604, el padre Francesco Maria Casini por Clemente XI en 1712 y y el padre Ludovico Micara da Frascati a manos de León XII en 1826.
“El nombramiento de cardenales de más de 80 años no implica ningún compromiso pastoral particular”, añade. “Por lo tanto, gracias a Dios y al Papa, podré seguir viviendo mi vida como siempre, predicando dentro de los límites impuestos por mi edad, y en este momento por la pandemia, y residiendo (…) en el eremitorio del Amor Misericordioso en Cittaducale, mientras siga perteneciendo (…) a la Curia General de los capuchinos en Roma”.
¿Cómo ve el capuchino su papel de “Consejero del Papa”, al igual que los cardenales? “Sólo indirectamente, en el sentido de que el Papa, sin mi conocimiento, puede sacar alguna luz de la palabra de Dios que yo proclamo. En los dos cónclaves anteriores, para la elección de Benedicto XVI y el Papa Francisco, fui llamado a hacer esto también de manera directa, sosteniendo, a petición del Sagrado Colegio, una de las dos exhortaciones que los cardenales deben escuchar antes de entrar en el cónclave”.
Refiriéndose, además, al desarrollo masivo de la comunicación social, ha reconocido su “excelente” alcance, pero también sus límites: “La religión y el Evangelio corren el riesgo de convertirse en un pretexto para intereses que no tienen nada que ver con el Evangelio y no promueven realmente la concordia y la unidad entre los creyentes y entre los hombres en general”.
La designación de un sacerdote como cardenal es todavía una rareza, aunque está prevista en el Código de Derecho Canónico: “Para la promoción al cardenalato, el Romano Pontífice elige libremente a hombres que estén constituidos al menos en el orden del presbiterio, sobresalientes en doctrina, moral, piedad y prudencia en los negocios. Los que aún no son obispos deben recibir la consagración episcopal” (canon 351).
El Papa ya ha designado a varios de ellos: El 19 de noviembre de 2016, creó al cardenal Ernest Simoni, un albanés torturado y encarcelado bajo la persecución comunista, que lo conmovió hasta las lágrimas durante su viaje a Tirana en 2014. Este último también siguió siendo un sacerdote.
Por otra parte, el padre Aquilino Bocos Merinon, religioso claretiano español, creado cardenal el 29 de junio de 2018, recibió la consagración episcopal, así como el hermano Mauro Gambetti, guardián del Sacro Convento de Asís, y el padre Enrico Feroci, rector del santuario del Divino Amor, que será consagrado antes del consistorio el 28 de noviembre.
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