Addis Abeba (Agencia Fides) – “El número de personas que necesitan alimentos, agua y medicinas se ha triplicado con respecto a la planificación inicial del proyecto asistencial”, afirman en su informe los miembros de la delegación de la Iglesia Católica que ha visitado la provincia etíope de Tigrai, donde el 4 de noviembre las tropas etíopes lanzaron una ofensiva contra las fuerzas del Frente de Liberación de Tigray (TPLF).
Durante la visita, que tuvo lugar del 12 al 14 de enero, la delegación se reunió con “los funcionarios competentes del gobierno regional interino para discutir sobre un corredor humanitario y las intervenciones a realizar”.
Solo en Adigrat, donde la delegación se reunió con el Ordinario local de la Eparquía, Mons. Tesfaselassie Medhin, las más de 50.000 personas desplazadas necesitan urgentemente “alimentos, artículos de primera necesidad no alimentarios, medicinas, agua, tiendas de campaña y apoyo psicosocial. También se necesitan profesores, expertos en administración y apoyo logístico”.
Mons. Medhin ha lanzado llamamientos repetidamente (véase Fides 14/12/2020 y 15/1/2021) para que se dé una respuesta inmediata a la desastrosa situación humanitaria. “La población, incluidos los refugiados eritreos - escribe Abune Medhin en su llamamiento recibido también en la Agencia Fides - se ha quedado sin alimentos, medicamentos que salvan vidas, agua, etc. No tienen acceso a servicios esenciales como electricidad, bancos. Las noticias de la región suelen estar fragmentadas e incompletas, los operadores de los medios no pueden acceder a ellas, mientras que las conexiones telefónicas e informáticas están bloqueadas.
En enero, después de que los trabajadores humanitarios han conseguido obtener un acceso limitado este mes, se ha podido estimar que 4,5 millones de los 6 millones de habitantes de Tigray necesitan ayuda alimentaria de emergencia, y cientos de miles de personas están muriendo de hambre.
La situación de los refugiados eritreos en los campos Shimelba y Hitsats, que han sido incendiados, también es preocupante.
Por si fuera poco, los informes no confirmados de masacres, torturas, violaciones, secuestros y saqueos o destrucción de manuscritos y artefactos centenarios se están multiplicando en toda la región.
(L.M.) (Agencia Fides 25/1/2021)
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