Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “En el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2021, el papa Francisco recuerda que la situación actual de la pandemia ha amplificado el dolor, la soledad y la pobreza, resaltando esa 'necesidad de redención', a la que Dios en Cristo no es extraño, como escribe el Papa, hoy ante este sufrimiento no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor. Por eso escuchamos resonar en el mensaje las palabras de esperanza: ¡no está aquí, ha resucitado!”, dice a la Agencia Fides monseñor Giampietro Dal Toso, subsecretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias, comentando el mensaje publicado hoy.
“Esas palabras - continúa - confieren la audacia necesaria para buscar creativamente todas las formas posibles de vivir la compasión. En este tiempo de pandemia, afirma el Papa, es urgente la misión de la compasión, capaz de hacer de la distancia necesaria un lugar de encuentro, cuidado y promoción. Con este espíritu - remarca el arzobispo - esperamos que crezca el principio de corresponsabilidad que es la base de nuestra experiencia como Obras Misionales Pontificias, donde todos se sienten interpelados por las necesidades de los demás. Por ello, como se subraya en una reciente carta enviada por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos a los obispos de unas 1.100 circunscripciones eclesiásticas que reciben anualmente una contribución de las Obras Misionales Pontificias, las diócesis más grandes y estructuradas de los territorios de misión, receptoras del subsidio ordinario, pueden renunciar a él y cederlo, para que pueda ser redistribuido a iglesias más pequeñas y más pobres y por lo tanto más probadas”. Se trata de los subsidios del “Fondo de Solidaridad Universal” (FUS), fruto de la colecta universal que se realiza en todo el mundo en la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el penúltimo domingo de octubre. “Los territorios bajo la jurisdicción de Propaganda Fide - diócesis, vicariatos apostólicos, prefecturas apostólicas, administraciones apostólicas, misiones ‘sui iuris’- se encuentran sobre todo en las zonas más pobres del mundo. Nuestra intención es la de provocar un impulso solidario dentro de la Iglesia universal, para mejorar la distribución de los fondos: si hay diócesis u obispos capaces de llevar a cabo la vida pastoral gracias a los recursos locales, podrían renunciar voluntariamente al subsidio, total o parcialmente, permitiendo así que las diócesis más pobres obtengan una mayor contribución”, explica mons. Dal Toso.
Los subsidios concedidos por las Obras Misionales Pontificias “apoyan sólo los proyectos pastorales mediante la provisión de gastos específicos relacionados con la obra de evangelización, la vida de las Iglesias locales, la formación del clero, de religiosos y catequistas”, recuerda el arzobispo, explicando que “esta obra es muy importante para el futuro de la Iglesia en los cinco continentes”. Esta contribución ofrecida y entregada por las OMP es preciosa y significativa para los territorios que la reciben. Las OMP apoyan, por ejemplo, seminarios diocesanos o interdiocesanos y ofrecen apoyo financiero a los obispos jubilados, a menudo el único que tienen en las regiones más pobres, donde los católicos son una minoría y la comunidad local no tiene la capacidad económica para sostenerlos.
Además de la colecta habitual para la Jornada Mundial de las Misiones, el papa Francisco en el 2020, estableció en las OMP un “Fondo Especial de Emergencia Covid” para ayudar a las Iglesias de los países más pobres a lidiar con la pandemia y sus repercusiones económicas. Gracias a este fondo especial, se han podido realizar y sostener más de 250 proyectos, con intervenciones realizadas en 41 países y 229 entre arquidiócesis, diócesis, vicariatos apostólicos y conferencias episcopales, por un valor de más de 1,85 millones de dólares.
En total, en 2020 las Obras Misionales Pontificias han distribuido aproximadamente 130 millones de dólares, destinados a territorios de misión. Los subsidios de las OMP financiaron el año pasado 2.870 proyectos en territorios de misión para la educación y protección de los niños; 79.380 seminaristas mayores y menores y 8.094 novicios en sus cursos de formación; además del nacimiento y construcción de 751 nuevas iglesias en los cinco continentes.
La colecta de 2020, de la que aún se esperan los datos definitivos, ha estado marcada por la crisis económica posterior a la pandemia.
(PA) (Agencia Fides 29/1/2021)
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