Manila (Agencia Fides) - Es tarea del gobierno poner a disposición de todos los ciudadanos la vacuna anti-Covid-19 y distribuirla sin preferencias, pero también elegir una vacuna elaborada según un criterio ético: así lo piden los obispos filipinos en una carta pastoral en la que afirman: “Después de casi un año de sufrir los estragos de la pandemia, tanto en términos de vidas perdidas como de economía devastada, es correcto dar gracias a Dios porque los científicos han desarrollado vacunas para inmunizar a las personas contra el Covid”.
En el documento enviado a la Agencia Fides, firmado por el arzobispo Ricardo L. Baccay de Tuguegarao, presidente de la Oficina de Bioética de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP), los obispos afirman que apoyan los esfuerzos del gobierno para obtener y distribuir estas vacunas en el país, agradeciendo también a las organizaciones privadas que se han mostrado disponibles para ayudar a fabricarlas y obtenerlas.
“Instamos a nuestro gobierno y a las organizaciones privadas que han ayudado a financiar la adquisición de vacunas a comprometerse con un plan único de distribución que dé prioridad a los médicos que están en primera línea y a los que están en mayor riesgo. Sería una tragedia si los empleados jóvenes y sanos de las empresas que tienen un riesgo bajo de contraer la enfermedad fueran inmunizados antes que nuestros médicos, enfermeras y otros trabajadores de primera línea o antes que las personas mayores que tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad”, se lee en la carta pastoral.
Los obispos, luego, alaban al gobierno por considerar a los pobres en el programa nacional de vacunación: “Los pobres son amados por el Señor. Deberían estar especialmente protegidos porque su pobreza los hace vulnerables a infecciones y enfermedades graves. Las vacunas solo podrán poner fin a la pandemia en nuestro país si se vacunan suficientes ciudadanos filipinos, por lo que instamos a toda la población a estar preparada para vacunarse cuando lleguen las vacunas”.
A continuación, los prelados afirman: “Reconocemos que cada persona debe ser libre para decidir si vacunarse o no, según su conciencia, con plena conciencia de la obligación de protegerse, para no ser un instrumento de contagio y de una mayor propagación del virus”.
Como pastores, los obispos llaman la atención sobre una preocupación ética: “Hemos aprendido que algunas de las vacunas para Covid-19 se han fabricado utilizando células obtenidas de los restos de un feto abortado que fue asesinado en 1973. La enseñanza de la Iglesia debe recordarse: procurar deliberadamente un aborto, incluso si se trata de obtener materiales para vacunas, es moralmente inaceptable. El fin no justifica los medios; de lo contrario, se permitirían los actos más inhumanos y horrendos para lograr fines supuestamente útiles”. Por eso los obispos piden al gobierno que dé prioridad a las vacunas desarrolladas sin el uso de células derivadas de los restos de bebés abortados.
Los obispos, por otro lado, recuerdan la posición de la Santa Sede al respecto, señalando que “cuando no se dispone de vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países donde dichas vacunas no están disponibles para los médicos y pacientes) es moralmente aceptable recibir también vacunas Covid-19 que utilizaron líneas celulares de fetos abortados en el proceso de investigación y fabricación”.
En la carta agradecemos a los científicos que aplicaron su experiencia al bienestar del ser humano y su protección del temido flagelo de la enfermedad: “Sabemos que el estudio y el trabajo que precede a la producción de una vacuna es arduo. Alabamos a nuestros hermanos y hermanas que murieron por el amor de Dios, y elevamos una oración común de agradecimiento por nuestros trabajadores de salud y otros trabajadores de primera línea que han realizado su servicio con dedicación en estos terribles meses que estamos pasando” .
Filipinas ha obtenido 25 millones de dosis de la vacuna Covid-19 desarrollada por la empresa china Sinovac Biotech. Según informaron las autoridades, se espera que las primeras 50.000 dosis lleguen en febrero, dando inicio a una campaña masiva nacional de vacunación.
(SD-PA) (Agencia Fides 15/1/2021)
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