(zenit – 23 nov. 2020).- En el texto inédito del Papa Francisco recogido en el libro El Cielo en la Tierra. Amar y servir para transformar el mundo de la Librería Editorial Vatiana (LEV), el Santo Padre destaca el “poder transformador del cristianismo” a lo largo de los tiempos, desde una consideración del valor de cada persona.
Según señala Vatican News en un artículo, la LEV publicará el martes 24 de noviembre el volumen incluido en la serie ecuménica Intercambio de Dones, que recoge más textos que el Pontífice ha pronunciado en esta línea, y cuyo prefacio escribe Martin Junge, secretario general de la Federación Luterana Mundial.
Transformación a través del Evangelio
Las palabras de Francisco señalan que el cristianismo “da lo mejor de sí mismo a la civilización” cuando “se arraiga en el Evangelio”, mientras que “pierde lo mejor de sí mismo cuando termina corrompiéndose e identificándose con la lógica y las estructuras mundanas”.
Un mundo más justo y fraterno nació, sigue el texto, como “consecuencia gratuita de una fe vivida con sencillez”. El cristianismo, indica, “no transformó el mundo antiguo con tácticas mundanas o voluntarismos éticos sino sólo con el poder del Espíritu de Jesús Resucitado”.
También apunta que “todo el río de pequeñas o grandes obras de caridad, una corriente de solidaridad que ha estado fluyendo a través de la historia durante dos mil años, tiene esta fuente única. La caridad nace de la emoción, el asombro y la gracia”.
Desde los comienzos, explica, “la caridad de los cristianos se convirtió en atención a las necesidades de las personas más frágiles, las viudas, los pobres, los esclavos, los enfermos, los marginados… Compasión, sufrimiento con los que sufren, compartir. También se convierte en una denuncia de las injusticias y en un compromiso para combatirlas en la medida de lo posible”.
Porque, prosigue, “cuidar de una persona significa abrazar toda su condición y ayudarle a liberarse de lo que más le oprime y le niega sus derechos”. “La primacía de la Gracia”, expresa, “no conduce a la pasividad, al contrario, aumenta al cien por cien la energía y aumenta la sensibilidad a la injusticia”.
Prefacio de Junge
Tal y como describe el medio vaticano, en el preámbulo del volumen publicado por la LEV, el secretario Martin Junge rememora con “profunda gratitud” las palabras del Obispo de Roma en la Conmemoración Común de la Reforma en Lund de 2016: “Jesús nos recuerda: sin mí no podéis hacer nada (…) él es el que nos apoya y nos anima a buscar formas de hacer de la unidad una realidad cada vez más evidente”.
“En esta memorable liturgia y homilía”, declara el reverendo luterano, “nosotros los católicos y luteranos juntos hemos reafirmado nuestro compromiso con un camino que lleva del conflicto a la comunión. Este camino sólo es posible gracias a Cristo, que cura todas nuestras heridas y recuerdos, liberándonos del dolor de las experiencias pasadas, para abrazar el don de la reconciliación que Cristo ha puesto entre nosotros”.
“Es un compromiso”, concluye, que viene de la “perspectiva de la unidad y no del punto de vista de la división”, ya que “lo que nos une es mucho más que lo que nos divide”: “Juntos damos testimonio de la misericordia de Dios, tanto a través de la confesión de fe como a través de nuestro servicio común al mundo”.
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