(zenit – 22 nov. 2020).- Después del rezo del Ángelus de este domingo 22 de noviembre de 2020, el Papa Francisco se dirigió a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Con un pensamiento por las regiones italianas de Campania y Basilicata que hace cuarenta años sufrieron un terremoto.
Saludando a las familias que lo están pasan do mal, por haber perdido el empleo y que pasan dificultades.
A continuación, siguen las palabras de Francisco, según la traducción oficial ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
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Palabras después del Ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas!
Deseo enviar un pensamiento especial a la población de Campania y de Basilicata, cuarenta años después del desastroso terremoto, que tuvo su epicentro en Irpinia y sembró muerte y destrucción. ¡Hace ya cuarenta años! Ese dramático acontecimiento, cuyas heridas, incluso las materiales, aún no han cicatrizado del todo, puso de relieve la generosidad y la solidaridad de los italianos. Lo atestiguan tantos hermanamientos entre los países afectados por el terremoto y los del norte y el centro, cuyos vínculos todavía existen. Estas iniciativas han favorecido el laborioso camino de la reconstrucción y, sobre todo, la fraternidad entre las diferentes comunidades de la Península.
Saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos, que a pesar de las dificultades actuales, y siempre respetando las reglas, habéis venido a la Plaza de San Pedro. Un saludo especial a las familias, que en este momento lo pasan peor. Pensad en esto, en tantas familias que pasan dificultades en este momento, porque no tienen trabajo, han perdido el empleo, tienen uno o dos hijos; y a veces, algo avergonzadas, no dejan que se sepa. Pero sed vosotros los que vayan a mirar donde hay necesidad. Donde está Jesús, donde Jesús está necesitado. ¡Hacedlo!
Os deseo a todos un buen domingo —también a los de la Inmaculada, que se hacen escuchar —. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
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