(ZENIT – 30 dic. 2019).- Por primera vez la Casa de Alianza, en Schoenstatt, Alemania, abrió sus puertas para recibir a todas las personas que buscan una comunidad donde celebrar Navidad. Para los anfitriones fueron unos «días maravillosos, de encuentros y de ir al fondo de esta celebración donde todos los corazones se vuelven a renovar en el nacimiento de nuestro Salvador».
Desde que se aceptó el proyecto (diciembre 2018) para que la casa sea un centro de formación católico hispanohablantes, «no teníamos duda que para las fiestas cristianas la gente podría acudir aquí y las puertas estarán abiertas», indican los organizadores.
La casa está administrada por familias, tanto su sostenimiento y mantenimiento es llevado acabo con trabajo de voluntarios que ofrecen su tiempo, talentos y capacidades para darle mayor vida a la estancia.
El centro «Casa de Alianza» se encuentra en Schoenstatt y tiene un gran valor histórico, ya que está muy arraigada a los inicios de la historia del Movimiento de Schoenstatt. Aquí mismo el sacerdote José Kentenich (actualmente en proceso de canonización) comenzó con sus retiros espirituales dirigidos a familias, jóvenes y sacerdotes durante la primer y segunda guerra mundial. La casa mantiene este piso històrico para las personas que deseen visitar la habitación y la capilla donde rezaba el fundador.
Acogida a los peregrinos
Los primeros en anotarse fueron Francely (Nicaragüense ) junto con su esposo Carlos (argentino ) y su hija pequeña. Ellos viven en Stuttgart y son un pilar fuerte en la re-construcción de esta casa, narra uno de los matrimonios que viven en la casa.
Luego desde Kiel, norte de Alemania y diáspora católica, se unieron un matrimonio de Bolivia: Willy y Evelyn, junto con su hija Samantha, quienes viajaron todo el día por las autopistas para llegar un día antes y ayudar en la preparación de Noche Buena, cuentan los organizadores de la cena.
Los voluntarios que actualmente están en la casa son: Romario de Brasil, Angelina de Uruguay y Eva de Argentina. Ellos ayudaron con mucha alegría al orden y limpieza de la casa, narra Jorgelina, una de las personas implicadas en el proyecto, y anfitriona en la Casa de Alianza. «¡Han estado en cada detalle para acoger al peregrino! ¡Y a quienes les volvemos a dar las gracias por tanta disposición!».
Comer «bien y rico»
Para muchos realmente llegar a Casa de Alianza, «fue como llegar a Belén ¡Una verdadera peregrinación!», expresan. Una familia y amigos salvadoreños que no vivían más que a 40 km de la casa, se les hizo muy complicado tomar la decisión de venir porque no pasaban buses seguidos. «Gracias a Dios lograron venir y fue así que la comida se multiplicó y fue lo que nunca faltó… comer y bien rico».
La invitación no solamente era para hispanohablantes, indican los anfitriones, «también para alemanes que quieran estar acompañados en noche buena ya que se publicó una invitación publica en el diario de la ciudad». Y fue así que se sumaron dos hombres alemanes que se integraron muy bien leyendo poemas y cantando durante el encuentro.
También asistió una mamá con sus dos hijos pequeños que son de Medio Oriente y viven hace un año en Alemania, ellos llegaron para poder vivir la Navidad con cristianos, «de otra forma hubiese sido imposible», matiza Jorgelina. «Nos contaba esta mamá que estuvo viviendo su primer tiempo en Haus Tabor donde le ayudó mucha gente en su primer tiempo y fue una verdadera alegría volver a Schoenstatt para celebrar Navidad».
Del campo de refugiados
También llegaron latinos que salieron unos días del campo de refugiados y asistieron a la celebraciones de Nochebuena y en Navidad, estas personas (al igual que cientos de latinos en este país ) han pedido asilo al gobierno alemán y hasta que no se inserten en el mercado laboral deben depender de las instalaciones que le ofrece el gobierno. Por lo tanto, «salir para vivir el nacimiento del Señor en comunidad ¡ha sido un gran regalo!», asegura la voluntaria argentina.
Otro joven salvadoreño testimonió que tuvo que abandonar Italia debido a que no conseguía trabajo, la situación le fue difícil y decidió probar suerte en Alemania, tiene esperanzas en este país aunque cuenta que su mayor miedo es aprender bien el idioma. «Nos sorprendió que la Navidad pasada fue invitado por el mismísimo Papa Francisco a comer en el Vaticano en una cena de Nochebuena para inmigrantes. Y ahora con nosotros en Casa de Alianza…», recuerda Jorgelina.
Villancicos al Niño
Todos los que pasaron la Navidad en la Casa, la vivieron de forma muy especial ya que muchos por primera vez podían vivirla celebrando al centro de la fiesta: el nacimiento de Jesús. Después de la rica cena con comida latina y española, hicieron una procesión por la casa llevando al Niño Jesús a la pequeña capilla, donde le cantaron y adoraron. «¡Un hermoso momento lleno de alegría donde los niños se mostraron muy emocionados!».
«La casa es grande y ofrecía espacios para conversar, bailar, jugar al ping pong» (recientemente donado) y al metegol, también una pieza de juegos para los más pequeños y los largos pasillos de la casa permitían que los niños correteen toda la noche. En el fondo nadie se conocía, «pero el anhelo por festejar la navidad nos unía a todos en un mismo espíritu».
Misa de Navidad
La noche del 24 al 25, algunos durmieron en la Casa, y por la mañana desayunaron juntos. Aprovecharon la mañana para hacer un tour por Schoenstatt y al llegar de nuevo a la casa los esperaba un rico asado. A la tarde se preparó la Misa de Navidad en español celebrada por el Padre Joselo, sacerdote chileno, quien pertenece a la comunidad de los padres de Schoenstatt. «Todos los que lo conocemos sabemos cuánto amor le tiene a esta casa y lo crucial que es Él en la vida que va surgiendo», añade Jorgelina.
Todo culminó con otro encuentro para comer y conversar, pero esta vez ya se multiplicó la gente. Se habían sumado los peregrinos hispanos que estaban albergando en otras casas de Schoenstatt y también los hispanos que viven en la cercanía.
La entrada Schoenstatt: Inmigrantes hispanos encuentran un hogar cálido para festejar la Navidad se publicó primero en ZENIT - Espanol.
Publicar un comentario