Roma (Agencia Fides) – “En Asia, las grandes transformaciones sociales, antropológicas, culturales y tecnológicas generan, en algunos casos, sociedades post-humanas. Junto a este fenómeno, existe el de las personas que viven en condiciones infrahumanas. Mientras tanto, fenómenos como el nacionalismo religioso o la intolerancia religiosa, ya mencionados en el documento post-sinodal 'Ecclesia in Asia' hace veinte años, continúan creciendo. En este marco, la Iglesia Católica anuncia el Evangelio a la gente de hoy y ejerce su misión profética". Así lo explica el carmelita indio p. Benedict Kanakappally OCD, vicerrector de la Universidad Pontificia Urbaniana, en el contexto del congreso “Transforming Asia", celebrado los días 18 y 19 de diciembre en Roma, organizado conjuntamente por la Pontificia Facultad de Teología S. Bonaventura-Seraphicum, la Pontificia Universidad Urbaniana y la Pontificia Unión Misionera. “Nos hemos preguntado cómo y si es posible contribuir a transformar y renovar la obra misionera en el contexto del vasto y plural continente asiático. Asia tiene sed de Cristo, se dicjo en ‘Ecclesia in Asia’. Veinte años después de ese documento, las comunidades cristianas en Asia pueden reflexionar y evaluar la obra de evangelización y cómo es necesario transformar también la misión de la Iglesia", ha dicho el vicerrector.
Luego el prof. Dinh Anh Nhue Nguyen OFMConv, Presidente de la Pontificia Facultad de Teología S. Bonaventura y Director del Instituto Franciscano de estudios teológicos asiáticos comenta a la Agencia Fides: “El continente asiático es una realidad diversificada y compleja, en todos sus aspectos y sus dinámicas, en diferentes contextos regionales y nacionales. La Iglesia con el Sínodo y con la ‘Ecclesia in Asia’ ha realizado un trabajo de reflexión sobre su presencia de fe en ese continente. Hoy nos preguntamos si ‘Ecclesia in Asia’ es relevante y cuáles son los nuevos desafíos a los que se enfrenta la misión de la Iglesia en Asia hoy. Creemos que debemos comenzar desde la Biblia, desde la centralidad de la Palabra de Dios, vivida, celebrada y anunciada”. “El desafío irrenunciable - continúa el p. Anh Nhue - es el anuncio del Evangelio, al que siguen otros desafíos como la inculturación, la teología misionera, la adaptación de la pastoral ordinaria, dependiendo de los contextos. Este anuncio se hace carne en el testimonio de la vida, en las obras sociales, en la proximidad de cada hombre. Estas actividades no son prerrogativa solo de la Iglesia, sino que los cristianos las llevan a cabo por amor a Jesucristo, y esto hace la diferencia. Es importante decirlo siempre con claridad, dando razón de nuestra esperanza, sin temor a ofender las culturas o las otras religiones, redescubriendo la profunda razón de nuestro ser y nuestro obrar”.
El decano concluye: "La proclamación del Evangelio en Asia también pasa por el diálogo, y es una misión muy delicada. No hay que tener miedo al diálogo, sino solo evitar los dos extremos: el primero es evitar el diálogo para no comprometerse; el segundo extremo es llevar a cabo una especie de autocensura de la propia identidad cristiana, para dialogar. En Asia, los cristianos todavía se reconocen facilmente en las sociedades asiáticas: hoy sentimos la necesidad de renovar y repensar la misión, sobre todo ante los nuevos desafíos". (PA) (Agencia Fides 20/12/2019)
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