"La mirada de Lucía", película sobre los mártires de la UCA de El Salvador

El cineasta Imanol Uribe se pone de nuevo tras las cámaras para dirigir un apasionante guion basado en la historia real de la única testigo de la masacre de los jesuitas en El Salvador en la que fue asesinado el sacerdote y teólogo, Ignacio Ellacuría.

Narrada en tono de thriller, la película que recoge los acontecimientos que sobrecogieron a toda una generación, es, más allá de su trasfondo político y social, una historia de personajes, de su lucha por la verdad y la justicia en un país en guerra y de su afán por superar ese momento de horror.

Juana Acosta dará vida a Lucía, la empleada de la limpieza que fortuitamente presenció la matanza sin que los asesinos repararan en ella. Una mujer anónima y valiente empeñada en que prevalezca la verdad. Junto a ella, el colombiano Juan Carlos Martínez en el papel de su marido y leal compañero de viaje.

Carmelo Gómez encarnará al Padre Tojeira, el otro protagonista vivo de la historia, siempre dispuesto a buscar el entendimiento, en defensa de la verdad y la justicia. El propio Tojeira ha colaborado en el proceso de elaboración del guion aportando detalles precisos y que contribuyen a construir una historia fiel a lo que ocurrió aquellos días.

Karra Elejalde será el Padre Ellacuría, el sacerdote vasco que junto a sus compañeros de la Compañía de Jesús buscaban dar voz a los más desfavorecidos, haciendo frente tanto a la guerrilla como a la férrea dictadura militar que gobernaba el país en aquel momento.

Con guion de Daniel Cebrián, escrito tras un exhaustivo trabajo que ha supuesto varios años de documentación, la historia de LA MIRADA DE LUCÍA cobra plena actualidad tras el juicio celebrado el pasado mes de septiembre en la Audiencia Nacional y en el que el excoronel y exviceministro de Seguridad Pública de El Salvador, Inocencio Montano, uno de los militares salvadoreños implicados en el crimen, extraditado a nuestro país por EEUU hace tres años, resultó condenado a 133 años y 4 meses de cárcel por el asesinato de los jesuitas españoles aquella noche del 15 al 16 de noviembre de 1989.

Por otra parte, el rodaje coincide en el tiempo también con la anulación, por parte de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, del proceso penal contra los supuestos autores intelectuales, declarando la nulidad del mismo y reafirmando los sobreseimientos definitivos de los allí imputados.

Mientras tanto, la única testigo de los hechos continúa fuera de El Salvador en un discreto lugar que aún prefiere no dar a conocer, donde ha rehecho su vida.

“Mi nacimiento en El Salvador, mi educación con los jesuitas y la admiración que sentía por Ellacuría y su grupo, están en el origen de esta película” – afirma el director, ganador de un Goya. 

El guion cuenta con el visto bueno de la Compañía de Jesús, que ha asesorado en los últimos meses a los productores tanto desde España como desde El Salvador. “Tomamos la idea de Uribe de hacer esta película con una gran ilusión. Lo importante del proyecto es que nos invita a tener memoria. A no caer en el olvido de lo que ocurrió en 1989 y de lo que ha estado ocurriendo en muchos lugares de Latinoamérica y Centroamérica que es la vivencia persistente de la injusticia y la violencia y que todavía hoy, la Compañía de Jesús trata de responder a través de las instituciones que tiene en esos países” – apuntó el provincial de la Compañía en España, Antonio España, quien visitó el rodaje el mismo día que arrancaba.

“Llevo varios años preparando este proyecto que tuvo que ser suspendido la pasada primavera cuando íbamos a comenzar el rodaje en Colombia. Ahora, a pesar de estar inmersos en esta segunda ola, hemos arrancado todavía con más ilusión y el trabajo fluye sin problema. Somos unos privilegiados” – apunta Imanol Uribe consultado sobre las peculiaridades rodaje condicionado por los protocolos COVID.

SINOPSIS

La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en plena guerra civil salvadoreña, seis sacerdotes jesuitas, profesores universitarios, y dos empleadas fueron asesinados en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en San Salvador. La noticia tiene una inmediata repercusión internacional, porque además de la barbarie, entre los sacerdotes asesinados se encuentra un intelectual de prestigio, Ignacio Ellacuría.

La posición de los jesuitas de la UCA era inmejorable para mediar en un previsible acuerdo de paz y su talante sin tacha, la herramienta ideal para poner fin a una década de guerra cruenta.

Inmediatamente el gobierno culpabiliza a la guerrilla del FMLN, pero una testigo presencial echa por tierra la versión oficial. Se llama Lucía Barrera De Cerna y trabaja como empleada de la limpieza en la UCA. Ella ha visto quienes son los verdaderos asesinos: el ejército. Aquella mirada será clave para esclarecer la verdad y hacer justicia, pero además cambiará para siempre su vida y la de su familia. 

Fuente: Jesuitas España



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