(zenit – 20 nov. 2020).- Monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de San Cristóbal de las Casas, México, condena el último atentado y los anteriores que han sufrido las comunidades de la circunscripción, uniéndose a la petición de esclarecimiento y castigo a los responsables.
Según relata un mensaje del obispo, un grupo de Cáritas de San Cristóbal de las Casas y del Fideicomiso por la Salud de los Niños Indígenas de México en coordinación con la parroquia de San Andrés Apóstol, que entregaban ayuda humanitaria en alimentos a familias desplazadas, “fue atacado en la comunidad de Cotzilnam, Aldama, Chiapas, México, por un segundo grupo armado de corte paramilitar”. Los disparos, “con arma de alto calibre, presuntamente son del Sector Santa Marta”, indica.
De este ataque resultó herida la hermana religiosa María Isabel Hernández Rea, de las Hermanas Dominicas de la Reina del Santo Rosario y agente de pastoral de la diócesis, que colabora en la parroquia de San Andrés.
Ante todo ello, el prelado dirigió un mensaje al Gobierno, a los defensores de los derechos humanos, a los medios nacionales e internacionales, a los hombres y mujeres de buena voluntad y a los creyentes de la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
Problema de fondo
En el texto, el prelado transmite su gran preocupación “porque el problema de fondo no se ha resuelto y la violencia se ha incrementado con ataques diarios en varios puntos y en diversas comunidades de Aldama. En varias ocasiones, de manera privada o pública, hemos denunciado esta situación ante los órganos de gobierno federal y estatal. Hemos pedido también el desarme de los grupos paramilitares”.
Igualmente, denuncia que “debido a esta agresión no se ha entregado ayuda humanitaria a las comunidades que sufren una crisis alimentaria y de servicios básicos”.
“Requerimos que se garantice la seguridad de la población vulnerable en las comunidades del estado de Chiapas. Instamos al Estado mexicano a desarmar y a desmantelar a los grupos civiles paramilitares armados en esta zona y someterlos a la ley junto con quienes les proveen de armas. ¡No queremos más heridos y muertos! ¡No queremos más desplazados! ¡Ya no queremos el sufrimiento de mujeres, niñas y niños! ¡No queremos más armas en nuestro país!”, concluye el texto.
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